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¿Jardín en Hermosillo? Sí se puede

Es poca la variedad de jardines con la que contamos los hermosillenses debido a las condiciones ambientales: Falta de agua, una fuerte radiación solar y variaciones de temperaturas extremas con máximas por arriba de los 40°C y mínimas cercanas a los 0 grados.



Aunado a esto el agua suele ser alcalina, algo que a la mayoría de las plantas no les gusta, porque prefieren un PH muy cercano al neutro.



Estas características en conjunto hacen que en Hermosillo cueste mucho mantener la mayoría de los huertos, ya que los vegetales que no son nativos de esta zona requieren de muchos cuidados para que puedan sobrevivir, indicó José Cosme Guerrero, investigador de la Universidad de Sonora.



“No tenemos agua, el suelo es bien alcalino porque casi no llueve, la sacamos del subsuelo y trae muchas sales, al regar todas las plantas éstas se van acumulando y pocas son las que resisten la alcalinidad, sólo las nativas y de otros desiertos lo resisten”, comentó.



Los tipos de paisajes que hay en la ciudad son los tropicales, mediterráneos y xericos o “xeriscaping”, los cuales se diferencian entre sí por los tipos de plantas en lo que se usa en cada uno.



Para poner un jardín tropical se requiere mínimo de un sistema de riego debido a que ocupa humedad constante, nunca puede estar totalmente seco el suelo porque haría que la planta se estresara y las raíces dejarían de funcionar, por eso no da resultado en la región.



Cualquier persona puede poner uno en su hogar pero con muchos cuidados, es casi imposible manejar la calidad del agua, la mayoría de las plantas se tienen que poner en sombra o media sombra porque la radiación solar las deshidrata y quema.



“Se tendría que estar irrigando frecuentemente y la factura de agua sería muy alta, es por eso que no ha tenido éxito, cuesta mucho mantenerlos y los que se vean medio mantenidos es porque tienen personal dándole mantenimiento toda la semana, irrigándolo con sistema de dispersión y cambiando las plantas que se mueren”, señaló el experto.



En los jardines mediterráneos se utilizan muchos arbustos y árboles que requieren menos cantidad de agua que los tropicales, con algunas de las plantas de este tipo de huerto se pueden hacer figuras y formas.



Algunas de las especies de este ambiente se adaptaron de alguna forma a nuestro clima, pocas completamente y la gran mayoría resiste casi todo el año y al llegar el verano mueren debido a la radiación solar.



Por último se tiene a los jardines xericos donde se hace uso de las plantas nativas y desérticas de otras regiones del mundo, principalmente provenientes de los desiertos de Sonora, Chihuahua, la Gran Cuenca y Mohamed Desert.



“Detrás de este tipo de jardín hay mucha tecnología con el fin de conservar el agua, la diferencia es que éste es el más recomendado a la región por los problemas que tenemos del agua, es el que más éxito esta teniendo, ahorras más agua, te cuesta menos mantenimiento”, afirmó Cosme Guerrero.



Este tipo de huertos utiliza roca triturada en vez de pasto y tiene varias funciones, la primera es que se ve estético, le da textura y un color contrastante con el verde, también reduce la contaminación por polvo porque evita que el viento levante tierra por ser una capa de 10 centímetros.



Protege la parte superficial del suelo, que es la más fértil, de las lluvias torrenciales de la región, ya que esta capa de grava le quita velocidad al escurrimiento, que en sí es lo que erosiona en las precipitaciones.



Por último conserva 10 veces más humedad después de irrigar, cuando se riega en verano y el suelo está expuesto se evapora en cuestión de horas, pero con las rocas trituradas la humedad dura por días.



“A las plantas les beneficia porque regula la temperatura del suelo que se pone bien caliente en verano, provoca que el metabolismo de la planta se reduzca y las raíces dejan de funcionar, pero con esta capa de grava sigue funcionando”, declaró Miguel Cruz Puebla, gerente general de Árbol 2000.



Con este tipo de jardín se ahorran millones de metros cúbicos en comparación con los mediterráneos y tropicales, un ejemplo de ello es el mantenimiento de un yucateco, se requiere regar toda su vida que en promedio es de 200 años.



En cambio, un mezquite de cualquier tipo, nativo, chileno o argentino, sólo se sostienen los primeros cuatro años de vida y el resto de su vida puede vivir sin irrigar, pero sí se le quiere dar vigor a la planta se puede hacer de vez en cuando.

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