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Ofrece arqueólogo conferencia sobre el Templo Mayor

Ofrece arqueólogo conferencia sobre el Templo Mayor

El Templo Mayor ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México sigue dando de qué hablar, así lo constató el arqueólogo Carlos Javier González González, quien estuvo de visita en la capital sonorense la noche ayer para ofrecer una charla bajo el título “Últimos Hallazgos en el Templo Mayor”.



Decenas de personas interesadas en el tema, en su mayoría integrantes de la comunidad historiadora de Sonora, se dieron cita al auditorio de la Sociedad Sonorense de Historia donde González ofreció una cátedra de detalles sobre el tema.



“Espero aportar algo novedoso e interesante para ustedes, ya que es importante destacar la historia que conlleva la reconstrucción del antiguo centro ceremonial de la que fue la ciudad más importante antes de la llegada de los españoles, la última gran ciudad prehispánica de todo lo que fue el territorio conocido como Mesoamérica y que alojó a desarrollos culturales muy importantes”, mencionó González González.



Él es arqueólogo egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia y actualmente miembro del Proyecto Templo Mayor desde 1979, además de que es profesor investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia desde 1982, lo que avala su experiencia en el tema.



La charla que ofreció Carlos Javier transportó a los oyentes a los inicios de la búsqueda del Templo Mayor, en la que destacó nombre como Leopoldo Bastres, Fray Diego Durán, Alvarado Tezozómoc, Alfredo Chavero y Manuel Gamio, quienes desde 1893 comenzaron a aportar sus hipótesis para encontrar la ubicación exacta del templo.



Sin embargo, fue hasta 1914 cuando se tuvo mayor certeza de la ubicación del Templo Mayor y fue entonces cuando se llevaron a cabo las primeras excavaciones que dieron como resultado el hallazgo de vestigios que indicaban la presencia de las ruinas del templo.



En 1924 se encontró parte de lo que hoy es conocida como la zona arqueológica correspondiente al espacio del Templo Mayor, lo que más tarde en 1960 llevó al arqueólogo Ignacio Marquina a diseñar el plano de lo que sería el recinto sagrado.



Continuando en la línea del tiempo, fue en 1978 cuando se hizo el hallazgo de la escultura circular de la diosa Coyolxauhqui y en el 2000 fueron encontradas ofrendas que según Carlos Javier fueron en honor a la diosa Tlaxtecuhtli o Señora de la Tierra, que contienen caracoles, textiles, papel y piezas de madera.



Los hallazgos continuaron y en el 2006 fueron encontradas ofrendas con conchas, copal, huesos, piezas de oro y restos óseos de muchas especies animales y en el 2007 fue encontrada una escultura de piedra conocida como Águila Cuauhxicalli.



En el 2010 gracias a las excavaciones realizadas por el equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Historia (INAH) fue encontrado el Templo de Ehécatl Quetzalcóatl que se encuentra justo al frente del Templo Mayor, lo que simboliza un gran hallazgo para la historia según González.



Del 2011 a la fecha se han estado realizando excavaciones en la Plaza Manuel Gamio y fue justamente en abril de este año cuando se encontró lo que es el último hallazgo en el Templo Mayor: Un “Tzompantli”, que traducido es “Hilera de cráneos”.



El arqueólogo se apoyó en diapositivas para mostrar de manera gráfica el hallazgo, en el que se observan decenas de cráneos apilados y que según Carlos Javier corresponden a guerreros que fueron decapitados por los mismos Mexicas y que fueron ofrecidos a la Diosa de la Tierra.



Fue de esta manera crónica que el investigador compartió sus conocimientos con los sonorenses la noche de ayer, dejando entrever que serán más los hallazgos que seguirán sorprendiendo en el Templo Mayor.

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