Sufren "las de Caín" por falta de camiones
Hay colonias a las que no entra el transporte y sus moradores pagan las consecuencias.
HERMOSILLO, Sonora.- Kilómetros, a veces entre el monte o por una calle, es lo que tienen que caminar hermosillenses para tomar un camión del transporte público o taxi colectivo, lo que en algunos sectores se ha vuelto un peligro.
Y es que en el Norte de la ciudad es donde más batallan, principalmente los que viven en colonias alejadas, como Natura, un lugar relativamente nuevo, en donde los colonos que no tienen carro sufren "las de Caín" al caminar con bolsas de mandado y con sus hijos en brazos.
No sólo es caminar hacia una parada de camiones, sino hacerlo muy temprano cuando no hay Sol o muy tarde, cuando las calles son oscuras, lo que ocasiona un temor para los ciudadanos.
Roberto Rojo, vecino de la colonia Natura, camina a diario un kilómetro para llevar a sus dos hijos pequeños a la escuela, una situación que se agrava con las bajas temperaturas.
"Los camiones nunca han llegado, siempre llegan hasta la colonia Paseo del Pedregal y nosotros tenemos que caminar, está más o menos cerquita, pero estaría bueno que llegaran los camiones hasta allá porque a veces traemos cosas y a los niños", manifestó.
Los taxis colectivos, es decir aquellos que suben a varias personas por una cuota de 10 pesos, han sido la alternativa para los habitantes de esas colonias.
Es el caso de Julio César Álvarez, quien en ocasiones tiene que tomar hasta dos de estos transportes para llegar a la escuela, pues los camiones no entran a Natura.
"Los camiones tardan en pasar hasta media hora y para agarrar el camión camino como unos 15 minutos porque no llegan a la colonia", manifestó.
Una de las colonias más afectadas por la falta de transporte público es la Humberto Gutiérrez, antes invasión Las Cuevitas, donde son más de tres kilómetros los que deben de caminar, a veces en medio de la oscuridad.
Además de la distancia, el camino no está pavimentado, es completamente de tierra y no hay alumbrado público o señalamientos y cuando llueve ni siquiera los carros de emergencia pueden entrar a la colonia: Hay que pasar un arroyo que tiene aproximadamente cuatro metros de altura.
"Uno aquí no puede salir ni puede entrar porque para empezar el arroyo crece y nos deja incomunicados; aparte para poder salir de esta colonia hay que cruzar todo este pedazo de terracería, llegar a la Antorcha Campesina y cruzar el arroyo, son varios kilómetros.
"Mi hijo está en la preparatoria y se tiene que ir caminando para llegar a la parada más cerca que es la que está en la colonia San Marcos", contó Rosa María Gutiérrez González.
El esposo de Rosa María es uno de los vecinos que tiene carro y por las mañanas espera a quienes tienen que ir a la escuela para llevarlos lo más cerca posible, pues hay niños que van al kínder y tienen que caminar también más de tres kilómetros para poder llegar.
Antes entraba solamente un camión, del arroyo para la colonia Humberto Gutiérrez y de regreso, pero al tiempo desapareció. Alexandra Félix, vecina de la colonia Antorcha Campesina, va a visitar a su abuelo a la colonia Humberto Gutiérrez, quien tiene que irse temprano para caminar hasta allá porque por las tardes, cuando se mete el Sol no hay alumbrado y ni los taxis colectivos entran, mucho menos los prestadores de servicios por medio de aplicación.
"Para acá para arriba no entran los taxis porque les da miedo, menos en la noche porque es peligroso. Las personas que viven para acá tienen que caminar, es todo lo que pueden hacer", manifestó.
EL PUNTO MÁS ALEJADO
Para el Sur las cosas son diferentes, pues en la colonia Haciendas del Sur, que es la más alejada, los camiones pasan cada media hora, mientras que en Villas del Sur solicitan más camiones porque el sector está alejado y no hay cómo trasladarse a la "civilización".
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