Desperdicio de alimento inicia en los hogares
Tan sólo en Hermosillo hay más de 56 mil ciudadanos con inseguridad alimentaria, en contraste con las toneladas de comida que van a dar a la basura.
HERMOSILLO, Sonora.- El 28% del alimento que se desperdicia en el País comienza en los hogares de cada mexicano y representa la cifra más alta de las 20 toneladas y 400 kilogramos (20.4 toneladas) que se desperdician en total, según el director del Banco de Alimentos de Hermosillo.
Roberto Rodríguez Torres indicó que como contraparte existen personas que no saben si van a comer en el día y que sólo en Hermosillo la institución atiende al mes a más de 56 mil ciudadanos con inseguridad alimentaria.
En toda la industria alimentaria son 38 toneladas de alimentos que se desperdician cada minuto”, detalló.
Centrales de abasto, supermercados, campos agrícolas, industrias transformadoras, productores de pasta, de leche y de todo lo que sea alimento, explicó, por diversos motivos en el mercado pierden o tiran alimento.
Mencionó que junto con el desperdicio en los hogares, se encuentran otros consumidores finales como restaurantes y cadenas hoteleras.
Es como el famoso robo hormiga, está toda la producción y quienes manejan el alimento, pero el porcentaje más alto está en cada persona que los consume”, señaló.
¿POR QUÉ EL DESPERDICIO?
El desecho en la comida no duele porque así como se pierde un plátano o unas fresas, puede haber al día siguiente, ejemplificó, eso multiplicado por cientos de mexicanos crea la cifra más significativa.
Este desperdicio se da por una mala administración en la compra o por tener ideas tan arraigadas como el vale más que sobre a que falte”, dijo.
El resto de la pérdida en la comida se desglosa en la industria alimentaria, puntualizó, como en la producción agrícola; en almacenamientos y manejos; y en el procesamiento del mercado y la distribución.
Describió que la razón de la merma en la producción agrícola se debe al cumplimiento de unos estándares de calidad muy específicos que demanda el mercado o la caída del precio de un producto.
Se atiende al mercado y no a las personas, si no cumple con estos estándares se tira a la basura aún cuando es perfectamente apto para el consumo porque tiene un valor nutricional igual que el pepino perfecto de diez centímetros o el tomate precioso y reluciente”, agregó.
También cuando se cae el precio de un producto no se puede inyectar al mercado porque ya no tiene valor, contó, ni siquiera para pagar las manos que lo corten por lo que se queda pegado en la planta.
OTROS MOTIVOS
Otra parte del desperdicio se va por las fechas de caducidad en el almacenamiento y su manejo, comentó que es difícil comercializar en las cadenas comerciales un producto al que ya le queda cinco u ocho meses de vida.
Cuando llega ahí todavía tiene que estar en el almacén, después sale a piso y cuando alguien se lo lleva todavía le tienen que quedar unos meses más de vida”, añadió.
Los dos últimos datos están en el procesamiento, en el mercado y la distribución, expuso que es cuando en los abarrotes y supermercados llegan vegetales nuevos y se prefiere retirar el producto viejo.
POR UN LADO SOBRA, POR OTRO FALTA
Por otro lado, hay en Hermosillo una lucha contra el hambre por la situación de inseguridad alimentaria en la que viven familias, niños y adultos mayores.
A un niño hay que acompañarlos desde el día uno de su gestación, hasta los primeros 7 años de vida que es cuando se da el desarrollo cognitivo”, informó Roberto Rodríguez.
La importancia del alimento en la infancia remarcó que radica en el desarrollo cognitivo, ya que si no se tuvo una buena alimentación físicamente los niños quedan imposibilitados para tener un desarrollo humano y de razonamiento real.
Así como el Banco de Alimentos de Hermosillo se encarga de rescatar alimento de la industria que lo desecha y atiende en diferentes programas a personas que están en esta situación de inseguridad, también diversas instituciones trabajan por el mismo objetivo.
Iniciamos hace 23 años con desayunadores para niños, actualmente tenemos cinco donde cada uno atiende entre 40 y 50”, indicó Xóchitl Aguilar Ávila, coordinadora del área de Nutrición y Alimentación de la Fundación Juan Navarrete y Guerrero.
Muchos de los niños que asisten a los desayunadores, señaló, reciben la que probablemente es la única comida reglamentaria que tienen en el día.
A algunos les ha ayudado muchísimo porque están más despiertos en la escuela y conviven con más niños”, mencionó.
Lo que los niños sufren en su casa es difícil, así como pueden tener familias con problemas de adicción, pueden también tener familias sanas, pero con solo un padre o madre que a veces batalla con el ingreso”, agregó Maura Mireya Silva Moreno.
La fundadora del desayunador Unidos por mi Barrio opinó que es por eso muy importante que la población apoye a los centros comunitarios que hay en Hermosillo.
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