HERMOSILLO, Sonora.- Pasar las festividades decembrinas fuera de casa, durmiendo en la intemperie, y frente a un hospital esperando el alta, pareciera una pesadilla para cualquiera, pero no para la familia González Lozano, pues pesar de vivir esta situación desde hace una semana, agradecen seguir juntos, y son felices ante las adversidades.

Nosotros no estamos tristes, somos felices gracias a Dios, porque estamos juntos, porque estamos bien, dentro de lo que cabe, y porque no hemos pasado hambre, ni sed, gracias a la ayuda de la gente", expresó Juan González, junto a su esposa y nieto.

Fue el 23 de diciembre cuando la familia tuvo que trasladarse desde Caborca, Sonora, a Hermosillo, para atender una quemadura que se hizo Juan en la ingle, porque le cayó una jarra de agua hirviendo.

El hombre tuvo que ser sometido a tres cirugías en el Hospital General del Estado, y está esperando que le quiten los puntos el próximo 06 de enero, pero debe ser revisado casi diario, para recibir curaciones y limpieza en su sonda.

Estaba haciendo café y el agua se me resbaló y me calló ahí en toda esa zona. Ya me han operado tres veces en estos días, y ahorita estoy esperando que me quiten la sonda; me dijo el doctor que si todo sale bien, el 06 de enero me dan alta, con el favor de Dios.

"Como son muchos días nos vinimos todos, porque nunca nos hemos separado, ni mi esposa, ni yo, y mi nieto menos, él está con nosotros desde que nació. Duerme con nosotros, come con nosotros, somos como sus padres", explicó.

Su nieto de 1 año los acompaña

Josecito, apodado por su abuelo como "El chiriwisco" tiene un año y medio de edad, goza de jugar con las naranjas que se caen de los árboles como si fueran pelotas, le sonríe y ofrece los brazos a la gente que se acerca, y se pasea con curiosidad por toda la explanada del hospital.

Sus abuelos siguen sus pasos atentos, y tratan de jugar con él, en la medida que pueden, para que el niño no resienta estar fuera de su casa durante estos días.

Cuando vinimos no teníamos donde quedarnos y dormíamos a la intemperie, con él (Josesito) en medio de nosotros para que no le diera frío. Fue unos días después que una señora, cuando dieron de alta a su familiar, nos donó la carpa (casa de campaña) para que durmiéramos con el niño.

"Todos le agarran cariño (a José), porque es muy simpático, muy amoroso, pero igual nosotros siempre estamos pendiente, que no se nos vaya lejos, o de ver que agarra, es nuestra prioridad el niño", explicó Laura Lozano, esposa de Juan.

Son los mismos guardias del hospital, las familias que están ahí, y quienes los han conocido, quienes los ayudan con comida o apoyos para sobrevivir estos días, ya que la pensión de Bienestar de Laura la usan, sobre todo, para comprar pañales, leche y alimento al pequeño.

Ellos dicen que aun así jamás les ha faltado que comer, pero desean recibir apoyo de biberones, pañales y leche Nido, para que no le falte nada al niño en ningún momento.

También, un cambio de ropa para ellos, ya que no tienen más ropa limpia que ponerse, ni donde poder asearse.

Si alguien desea apoyar a esta familia, pueden acudir a la explanada Hospital General del Estado, donde estarán viviendo hasta que den de alta a Juan, la primera semana de enero.

Los donativos pueden ser ropa de adulto, talla S de hombre o 2XL de mujer; ropa de niño de 12 a 18 meses; pañales talla 4 y leche Nido en polvo.

También alimento no perecedero para la familia, o botellas de agua purificada, que puedan beber o usar para preparar el alimento del pequeño.

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