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Hermosillo: Ángel Enrique hizo del Cerro de La Cementera su hogar

Una roca es su cama y ahí está, llueva, truene o relampaguee, según señala, desde hace cuatro años.

Hermosillo: Ángel Enrique hizo del Cerro de La Cementera su hogar

HERMOSILLO, Sonora.- Desde hace más de cuatro años Ángel Enrique Monteverde Quiñones, de 60 años, vive en el Cerro de la Cementera

Con una roca como cama y una cuesta con vista al humedal de La Sauceda como patio vive Ángel Enrique Monteverde Quiñones en el cerro de La Cementera, al Oriente de la ciudad.

El hombre de 60 años relató que comenzó a vivir junto a la carretera al mirador del cerro hace cuatro años, luego de tener una situación familiar que lo separó de sus seres queridos, sin embargo sus palabras se vuelven incoherentes al describir su situación familiar.

Tengo dos muchachas y dos muchachos, ya son profesionales, les di carrera y todo lo que pude”, narró, “una es químico biólogo, otra nutrióloga, otro geólogo y otro (licenciado) en Derecho”.

Ángel Enrique nació en Esperanza, Sonora, llegando a Hermosillo aún en brazos de su madre y, durante algún tiempo, su familia se estableció en diversas colonias como El Mariachi y Los Naranjos.

Actualmente, según su relato, sufre de una enfermedad la cual le provoca que tenga incontinencias urinarias, pero debido a su condición no ha recibido atención médica.

Hace su pequeño refugio con el material en desuso que se encuentra.

CUIDA CARROS

A pesar de estas dificultades, Ángel Enrique busca ganarse la vida de la forma que le permita su cuerpo, incluso si esto termina siendo peligroso para él, pues aseguró que no tiene alternativa.

Ni modo que esté ahí caminando por las calles sin rumbo, aquí me quedo y si necesito dinero me voy a la Clínica 37 (del IMSS) a ayudar cuidar carros o estacionar carros”, relató, “yo no robo ni hago daño, pueden ver que tengo mi expediente limpio y sin antecedentes penales”.

De acuerdo con su testimonio, él trabajó 40 años en la construcción y de cinco a seis años como taxista o chofer, así como otros tres años como conductor de remolque volquete en una mina, sin embargo los detalles escapan de su memoria.

Comenta que al caer la noche y durante la madrugada el frío es insoportable.

SIN MIEDO A LOS ANIMALES

Con el uso de cobijas, cartones o plásticos, el señor Ángel Enrique se resguarda del frío invernal de la capital al momento de dormir, por lo que señaló que las condiciones climáticas no le impiden conciliar el sueño.

Ni siquiera la presencia de alacranes y ciempiés, fauna típica del Cerro de la Cementera, le molesta en particular pues, según sus propias palabras, él ya experimentó el “más allá” y la vida después de la vida.

Yo ya tuve tres accidentes mortales, fui al cielo, subí una escalera blanca donde suben los espíritus y las ánimas y ya no bajan, se convierten en ángeles celestiales, yo abandoné mi cuerpo después de un golpe en la nuca”, mencionó.

El señor Ángel Enrique no pidió ayuda a la ciudadanía, sino al gobierno, pues aseguró que ya cumplió 40 años como trabajador y por ende, merece ser pensionado y conseguir una casa para dejar de ser el hombre de la colina.

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