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Ni el calor o los pocos clientes desaniman a María Dolores

Viaja a diario al menos 80 kilómetros desde Carbó para ofrecer sus productos en el Centro de Hermosillo.

Ni el calor o los pocos clientes desaniman a María Dolores

HERMOSILLO, Sonora.- Aun cuando el calor, los trabajos de rehabilitación en calles del Centro de la ciudad y el cierre del Mercado Municipal ha afectado la venta de pitayas este año, María Dolores Burrola Miranda acude todos los días a ofrecer sus productos, pues es un trabajo que ha hecho por 14 años y con el cual ha podido hacerse cargo de su familia.

Está floja la venta, nos ha ido bien, no diré que no, pero sí está más floja que otros años”, aseguró, “es que nos hace falta el Mercado, ahí llegaba la gente a comprar la carne y ya se pasaba con nosotros. Este año, por ejemplo, nos hemos regresado con pitaya cuando nunca sucedía”.

“La venta bajó un 50%, fácil, aparte el calor, que está como nunca este año, ha complicado mantener la mercancía, no podemos traer mucha cajeta de higo, por ejemplo, porque nos da miedo que se nos pierda”, expresó.

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EL REGATEO

Aunado a esto, dijo, la mayoría de las personas no respeta los precios de la fruta y quiere regatearles toda la mercancía, cuando recolectarla es un trabajo diario que inicia durante la madrugada, y no pueden abaratar de más su esfuerzo.

Todos te regatean, todos te piden precio, nadie quiere pagar lo que cuesta, es la verdad, por ejemplo, la docena de higos, ahorita que están grandes, la doy en 40 y la gente hasta a 20 la quiere bajar, pero así no sale.

“Nosotros recolectamos la pitaya, el higo, el zapote, todo diario para que esté fresco, y ya nos venimos para acá; mi esposo se va a las 04:00 al Oasis, que está a 8 kilómetros de Ures, y ahí recolecta la pitaya, el higo, el zapote, la chúcata de mezquite, y yo tengo que tener todo listo para venirme en el camión cuando termina”, explicó.

Los trabajos de rehabilitación en calles del Centro y el cierre del Mercado Municipal ha afectado la venta de pitayas este año.


NO ES FÁCIL

Aunado a esto, todos los días invierten parte de sus ganancias en camiones, alimento y transporte, por lo que piden a la sociedad ser justos y respetar los precios.

“Tengo 14 años haciendo esto, de aquí vivimos los dos, mi esposo y yo, y ahorita de esto viven también dos nietas que tengo conmigo, entonces una mala venta sí nos afecta, porque uno invierte diario en el transporte y camión, que son 60 o 70 por cada viaje, más los taxis, la comida, y a veces no se termina la fruta y me tengo que devolver con ella.

Es un trabajo de diario, tan respetable como todos, y que además me hace sentir bien saber que todavía puedo hacerlo a pesar de mi edad”, manifestó, “y quiero seguir mientras se pueda, por eso seguimos viniendo y echándole ganas”.

Burrola Miranda vende todos los días sus productos, sobre la avenida Monterrey, frente a la Plaza del Mercado Municipal, y aprovechó para invitar a que la apoyen a ella y las demás pitayeras, para que terminen exitosamente esta temporada.

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