Papá Jaime estará en Hermosillo para conocer Casa Guadalupe Libre
Jaime Jaramillo estará hoy en Hermosillo para hablar de su experiencia en el rescate de infantes
HERMOSILLO, SONORA.- Fue en 1973 cuando la misión de vida Jaime Jaramillo se reveló ante sus ojos, al ver las inhumanas condiciones en las que vivían las infancias en condición de calle en Bogotá, Colombia; entonces decidió que quería hacer algo por ellos, y hoy, 50 años después, ya van más de 100 mil menores rescatados a través de su Fundación Niños de los Andes.
Papá Jaime, como es conocido mundialmente, se describió a sí mismo como el padre más prolífico que existe en el mundo entero, pues a través de sus recorridos por las alcantarillas y calles de Colombia ya había logrado reunir 100 mil hijos adoptivos, cientos de nietos y decenas de bisnietos.
Esa cualidad, dijo, nació de la oportunidad de cumplir un primer sueño, hacerlo crecer y compartirlo con el mundo, llevando la dicha de ayudar a todas las personas posibles.
Era la Navidad del año 73, un 18 de diciembre. Yo venía caminando por la calle cuando de un carro cae una caja de muñeca al piso, los niños de la calle que están allí jugando salen corriendo, una niña feliz levanta la caja, me ve, me sonríe y por estarme mirando no se dio cuenta de que venía un camión a gran velocidad y este la golpea."
“La niña cae al piso, el camión frena en seco, se viene el remolque hacia adelante y con esas seis u ocho llantas envolvió y aplastó a la niña contra el pavimento; cuando yo vi que aquella criatura de la calle muere por la caja vacía de una muñeca, entendí en ese instante cuál era mi misión en este mundo”, relató.
Esa misma Navidad, continuó, queriendo saber más sobre esos niños, cómo vivían, por qué estaban en la calle, qué los tenía ahí y cuál era la razón de que nadie los ayudara, decidió comprar 100 juguetes de peso colombiano y vestirse de Papá Noel.
El hombre, sin saber que iba a encontrarse, bajó a las alcantarillas de su ciudad y vio una comunidad entera de niños viviendo entre el excremento humano, las cucarachas y las ratas.
Los menores lo vieron con ilusión en sus miradas, recordó, se acercaron a preguntar si tenía regalos para todos, y aunque su respuesta inicial fue positiva, al ver como todos se acercaban, se dio cuenta de que había más niños en las calles que regalos en su costal.
“Yo les dije ‘esos regalos son para ustedes’ y como para un niño de la calle o un niño que vive en las alcantarillas, en cloacas subterráneas, en medio de ratas y excremento humano no existe Papá Noel, un niño saltó feliz encima de mis hombros y empezó a silbar,’ vengan, vengan aquí está Papá Noel, decía el pequeño’.
En un momentico brotaron de la tierra más niños que regalos, yo veía eso impactado eso, hasta que note que el vestido de Papá Noel estaba manchado de amarillo, de óxido, igual la barba de mi traje, empecé a observar más cuidadosamente y noté que Raúl, ese primer niño que saltó encima de mis hombros, con mi barba había rastrillado su cara, la cual la había mordido una rata en la alcantarilla y la tenía llena de pus e infección”, contó aún impactado.
Después de ver eso, hacerle una cirugía reconstructiva a Raúl se convirtió en su mayor anhelo, más que ganarse la lotería en la cuesta de enero o convertirse en un jugador profesional de futbol, su sueño era poder ver ese niño sonreír y estar sano.
Decidió que un sueño tan bello no podía quedarse en silencio, que no importaba si lo escuchan los envidiosos o alguien más lo cumplía por él, que no podía ser egoísta con esa meta como todos le aconsejaban, y decretó la posibilidad de curarlo.
“Cuando tú cuentas tus sueños, los sueños se hacen realidades. Los asesinos de ilusiones, criminales de esperanza, estranguladores de sueños te dicen ‘no cuentes tus sueños porque hay mucha envidia y no se le cumple, o te lo van a robar’ y después uno dice, por qué él logró eso y yo no, pues porque no lo contó, porque no lo decretó, porque no lo manifestó.
“Yo entonces empecé a contar mi sueño a todo mundo, a quien pasara por la calle y entonces apareció una amiga que era enfermera, el parcero de mi amiga, el cirujano plástico y quién es la llave del cirujano plástico, pues el anestesiólogo, y en un mes Raulito tuvo su cirugía facial reconstructiva del hueso totalmente gratis, tuvo un hogar y salió de las alcantarillas”, mencionó feliz y sonriente al recordarlo.
Los siguientes 10 años, con ayuda de sus padres, de sus amigos en el trabajo y de la sociedad que se enteraba de su proyecto, Jaime Jaramillo o Papá Jaime, como le decían los niños que apoyaba, empezó a ayudar a todos los Raulitos y Raulitas que se encontraban en las calles.
Empezó consiguiendo regalos, ropa, ayudas médicas, alimentos y más gente empezó a conocerlo, se fueron uniendo a su sueño, su causa, y en 1998, gracias a la ayuda comunitaria se logró instalar una casa en el barrio San Cristóbal, Bogotá, donde se atendían a niños y niñas vulnerables por espacio de seis años con alimento, techo y estudio.
Así empezó la Fundación Niños de los Andes, un proyecto revolucionador de Colombia, que a través de entender qué era lo que tenía a los menores en las calles, y cómo podían ayudarlos, empezó a recorrer el mundo y hoy Papá Jaime se dedica a llevar su enseñanza a más personas.
“Hemos desarrollado una metodología que se llama la Metodología Ser, que busca, a través de la meditación, respiración, y la enseñanza, ayudar a los demás, que la gente encuentre paz interior, amor y alegría.
“Entonces que hemos logrado hacer, en estos 50 años, aplicar esta Metodología Ser en colegios, universidades, empresas y en los viajes que yo hago para el mundo entero, para inspirar a que miles de personas por el mundo encuentren cuál es el sentido de sus vidas, cómo darle un significado y despertar la conciencia de no ser indiferentes a quien necesite ayuda”, describió.
Porque ayudar, ver por los demás y demostrar amor a otros libera serotonina, oxitocina, calma la depresión y las ansiedades, dijo, y permite entender al mundo que cuando compartes un bien con los demás, todo se convierte en un ganar-ganar para todos.
ORGULLOSO DE HERMOSILLO
En estos recorridos por el mundo, Papá Jaime dijo haber conocido muchas personas maravillosas, proyectos innovadores en ayuda a las infancias en vulnerabilidad y muchas grandes ideas al respecto, una de ellas Casa Guadalupe Libre, en Hermosillo, Sonora.
Al ver todo lo que esta institución hacía por los niños de la calle, cómo los ayudaba, les daba un hogar, educación y valores, dijo sentirse muy orgulloso de toda la ayuda humanitaria y la lección de amor que estaban brindando al mundo, y es por eso que deseó conocerla.
“Es muy lindo lo que han hecho con Casa Guadalupe Libre, es de admirar, es gente fuera de serie las que han participado en ese proyecto, lo que qué han hecho con tanto amor, con tanta dedicación y me encanta, por eso estaremos allá”, afirmó el colombiano.
Será hoy cuando Papá Jaime esté en Hermosillo, primero para conocer Casa Guadalupe Libre, un proyecto con el que dijo sentirse totalmente identificado e ilusionado, pero también para compartir con más personas las enseñanzas que ha aprendido con su proyecto Niño de los Andes, y el sueño de sacar a las infancias de las calles.
IMPARTIRÁ TALLERES
Durante esta visita, compartió, va a ofrecer dos talleres conferencias, la primera a las 11:00 horas, en el Auditorio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Sonora, llamada “El Reto de Hacer la Diferencia ¿Te Atreves a Actuar?, la cual va a ser gratuita, para todos los que deseen escucharla.
Y un segundo taller, “Cómo quiero que mi mundo sea”, en Salón de Eventos La Cascada, con un costo a favor de Casa Guadalupe Libre, de 500 pesos por persona.
Papá Jaime desea que estas conferencias, llamen a la gente de Hermosillo a seguir apoyando a causas como CGL y otras que haya en la comunidad, pero sobre todo, que encuentran en la dicha de ayudar, el sentido de la vida y la felicidad, como parte de su proyecto de vida.
La idea es que con esta charla la gente encuentre el sentido, el significado de sus vidas, que se den cuenta de que una palabra amorosa a alguien más, un apoyo económico, una palabra de ánimo, ahí están haciendo el cambio que queremos ver en el mundo, porque el cambio nace en uno mismo…
— Jaime Jaramillo o Papá Jaime.
‘ La primera causa (de que los niños lleguen a las calles) es la falta de comunicación asertiva entre padres e hijos, la mala comunicación, porque nosotros como padres tenemos que aprender a escuchar nuestros hijos para que nos hablen y aprender a hablar para que nos escuchen, la gente cree que es cuestión de dinero, pero no es así, es la mala comunicación, el abuso, el maltrato y los golpes”.
— Jaime Jaramillo o Papá Jaime.
Hay que mandarle mucho a luz a todos los gobiernos del mundo, a los dirigentes, para que en vez de estar haciendo guerras, de vivir de la corrupción galopante, que mejor inviertan en educación, porque donde hay educación viene la paz, donde hay educación, hay valores y calidad de vida…”.
— Jaime Jaramillo o Papá Jaime.
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