Ética digital empresarial, un desafío urgente
La tecnología está al servicio de las personas y las empresas, pero detrás de esa tecnología y sus avances en materia de comunicación están humanos, de ahí la importancia de los principios éticos.
Alrededor del mundo, la tecnología ha transformado la manera de operar de las empresas en todos sus departamentos y aquí es donde emerge la ética digital; este elemento, destacó durante su participación en el Foro Mipymes 2024 Idalid Chávez Rizo, directora de la consultoría Proethika, es imperativo para garantizar un desarrollo inclusivo, transparente y sostenible.
El concepto, agregó en su disertación, va más allá de la protección de datos personales, pues exige que las organizaciones adopten prácticas más responsables en su interacción con herramientas digitales y en la gestión de la información.
La experta destacó la importancia de construir un entorno digital ético y responsable: “La tecnología es pasiva, está al servicio de los seres humanos, pero quienes tomamos las decisiones sobre su uso somos nosotros”.
En su análisis sobre las implicaciones éticas en la era digital, dijo que uno de los puntos clave es el impacto de las tecnologías en las empresas y sus colaboradores.
La ética en este sentido, agregó, no debe limitarse a la protección de los datos de los clientes, sino también a garantizar la equidad en el acceso a la información para todos los empleados, incluyendo a aquéllos que no tienen acceso a dispositivos tecnológicos.
“Al no incluir a toda la plantilla en la comunicación digital, estamos creando brechas que afectan tanto a la equidad como a la eficiencia operativa”, puntualizó.
Por un futuro inclusivo
Idalid Chávez dijo que un hito reciente en esta materia es el Pacto Digital Global, promovido en septiembre de 2024 por la Organización de las Naciones Unidas.
Este acuerdo, comentó, establece principios fundamentales como la inclusión digital, la protección de la privacidad, la transparencia y la rendición de cuentas de todos quienes son usuarios de la tecnología.
Tales lineamientos, añadió, deben ser adoptados por empresas, gobiernos y ciudadanos para salvaguardar la dignidad humana en un entorno digitalizado.
“Este pacto no sólo busca regular la tecnología, sino también garantizar que su uso promueva la equidad y no la discriminación. La ética digital no es sólo un código en un anaquel; es una práctica constante que debe permear todas las áreas de una organización”, enfatizó.
Cultura organizacional
Dentro del contexto empresarial, la ética digital enfrenta desafíos particulares: la especialista dijo que desde el manejo ético del marketing digital hasta la protección de la información interna, las organizaciones deben integrar prácticas que reduzcan riesgos y promuevan la transparencia.
Ejemplificó con el caso de una compañía que enfrentó críticas por una campaña publicitaria poco ética, lo que evidenció la necesidad de liderazgo y capacitación constante para los operadores de esta área.
Cuando en las organizaciones no se revisa todo lo que se publica, pasan esas situaciones, expresó, se transgreden y empiezan a dañar a otros, “pegan” a su reputación y cambian la cultura organizacional.
“La ética digital no es inherente a las máquinas; es una responsabilidad humana. Por eso, las empresas deben entrenar a sus equipos para discernir entre decisiones éticamente correctas y aquéllas que podrían dañar su reputación o los derechos de terceros”, afirmó.
Transparencia y liderazgo
La transparencia en las empresas es fundamental, tanto en sus procesos internos como en su relación con los clientes y socios, resaltó Chávez Rizo, ya que cada acción en el ámbito digital deja un rastro que debe ser gestionado responsablemente.
“Dejar huella digital es esencial para garantizar la rendición de cuentas y proteger la reputación corporativa”, afirmó.
También el liderazgo tiene un papel fundamental en la promoción de la ética, agregó, porque son los líderes quienes deben ser los primeros en levantar la bandera de la ética en sus organizaciones, estableciendo planes claros, evaluando riesgos y fomentando una cultura de inclusión y responsabilidad.
Además, destacó la importancia de la formación y la capacitación en todos los niveles de la organización: desde los colaboradores más jóvenes hasta los líderes de generaciones mayores, es esencial mantener un enfoque ético frente a los cambios tecnológicos.
Compromiso de todos
Hoy, sostuvo la directora de Proéthika, la ética digital no es una opción, sino una necesidad en la era tecnológica.
“Desde la comunicación corporativa hasta el desarrollo de tecnología y la gestión de datos, las empresas deben asumir su responsabilidad de operar con integridad y respeto hacia la dignidad humana”, enfatizó.
La implementación adecuada de este concepto no sólo protege a las empresas de riesgos legales y reputacionales, concluyó, sino que también fortalece su sostenibilidad y compromiso social, ya que sin ética digital, la tecnología deja de ser una herramienta de progreso y se convierte en un riesgo para todos.
“En un mundo cada vez más conectado, la ética digital se posiciona como un pilar indispensable para el progreso empresarial y social. Sin ética digital, la tecnología deja de ser una herramienta de progreso y se convierte en un riesgo para todos”
Idalid Chávez Rizo
Directora de Proéthika
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