La Abelardo L. Rodríguez, una presa sin agua
La falta de lluvias en la región ha provocado que este embalse, ubicado al Oriente de Hermosillo, se convierta en una zona “muerta” para la economía

HERMOSILLO, SONORA.- Lejos parecen haber quedado aquellos días en que la presa Abelardo L. Rodríguez, ubicada al Oriente de Hermosillo, tenía una cantidad de agua que permitía a los hermosillenses pescar, pasear o simplemente admirar ese espacio. Hoy este embalse está al cero por ciento de su capacidad, se ha convertido en un depósito de cualquier cosa, sin embargo, aseguran que se volverá a llenar de agua tarde o temprano.
En los alrededores se han asentado colonias como es el caso de la Bella Vista, al Norte, donde vive Trinidad Robles Rodríguez, de 86 años de edad, quien llegó hace 50 años a este lugar y fue de los primeros habitantes del sector.
El agua llegaba hasta aquí, hasta este camino, era cuando llegaba el agua, pero había mucho agua, entonces sí llovía, pero ahora no llueve ese es el problema que ahora no llueve”.
“Sí llueve por allá, pero por acá no. Y la poca agua que cae aquí la agarra la presa del ‘Novillo’, la agarra la presa del Molino, San Miguel, entonces ya no entra agua para acá”, dijo.
Don Trinidad fue testigo del embalse de agua en la presa Abelardo L. Rodríguez (ALR) en la década de los noventa, los pescadores hacían su ‘agosto’, sacaban hasta mil kilos de producto en un solo día y los ganaderos también tenían acceso para saciar la sed de sus animales.
SÓLO 5 ANIMALES
Estar cerca del vital líquido, le permitía a don Trinidad dar agua a cerca de 60 borregas y llevarlas a pastar, pero ahora que está seca tiene cerca de cinco animalitos los sacia con agua de la red hidráulica de la ciudad y los alimenta con pacas de alfalfa.
La última vez que se formó un espejo de agua en el vaso de la presa fue en el año 2023 con las corrientes del Río San Miguel, explicó, un charco que luego desapareció.
“Antes estaba muy bonito, está muy bien la vida, ahora está muy difícil porque se puso muy de la fregada todo”, indicó.
Para que se llene la presa ALR, manifestó, tiene que caer una lluvia extraordinaria por un buen tiempo, para llenar primero la de El Molinito y la felicidad sería para todos. Por este sector de la colonia Bella Vista se observó a personas que tiran escombros en la orilla del vaso de la presa para levantar construcciones y al ganado que está ahí se les abastece del líquido La falta de lluvias en la región ha provocado que este embalse, ubicado al Oriente de Hermosillo, se convierta en una zona “muerta” para la economía que proviene de “El Novillo”.
PESCADORES SIN TRABAJO
Margarito Félix Soto, de 55 años de edad, explicó que es integrante de una cooperativa de cinco pescadores en el vaso de la presa Abelardo L. Rodríguez, pero por la sequía están sin trabajo.
Cuando pescamos ya no me acuerdo, ya ve que todo este año no entró agua, no llovió, tenemos ahorita mas o menos un año y medio que fue la última pesca que hicimos en las lanchitas”, aseguró.
Por el aumento del azolve, opina, que la capacidad de captación la presa ha disminuido y el agua se evapora con más facilidad.
La última vez que hubo suficiente agua para pescar fue hace dos años, pero la última ocasión que estuvo a su 100% fue en la década de los noventa, añade.
“Cuando está seca no hay quien se arrime, todo triste se ve, ahorita no hay ni sombra porque por medio del agua, los arbolitos se ponen verdes, hay donde acampar, hay sombrita, pero ahorita no tenemos agua”, platicó.
En este sector ubicado al Sur del vertedor de la presa Abelardo L. Rodríguez se observó que dompes cargados de escombros descargaban material para rellenar esta parte del vaso.
Jesús Lamberto Ung Navarro, conocido como “El Chino”, quien es propietario de un predio de nombre La Rosillita que está en el vaso de la presa, aún recuerda cuando en la década de los noventa se inundó su predio, pero ahora tiene que excavar para sacar agua.
Explicó que cuando era joven, una noria les era suficiente para tener agua en su propiedad, pero con el tiempo se secaron. Luego hizo un pozo, con el permiso de la autoridad, en un inicio con 100 metros de profundidad le fue suficiente para extraer el líquido.
LE PARECE EXTRAÑO
Después se secó, la hizo de 50 metros más y pasó lo mismo, actualmente es de 200 metros el pozo para extraer el líquido vital. “La presa está seca y los vecinos que estamos aquí que pasamos por el vertedor vemos que no hay lluvia, no hay nada y se hace un charco en la presa. No sé la autoridad si haga algo, pero hay algo raro. Son negocios del Parque Industrial que tiran el agua a la presa, aguas negras, aguas sucias y luego van y llueve y se filtra”, comentó.
Ignacio Lagarda Lagarda, cronista de Hermosillo y con maestría en administración de agua, relató que este embalse ubicado al Oriente de la ciudad fue construido en 1948, por el gobernador del mismo nombre, Abelardo L. Rodríguez.
En sus inicios la presa tenía como propósito regar las tierras ejidales ubicadas actualmente sobre la carretera 26, que en aquel tiempo eran como 40 mil hectáreas, para convertirlas en un vergel de producción agrícola. Sin embargo, la presa no se llenó y para riego fue un fracaso.
Aclaró que la Costa de Hermosillo, en el año de 1944 se regó con agua de pozos y antes de estos años con las corrientes del Río Sonora.
Ahí se quedó esa agua de la presa que se llenaba y que no se llenaba, por muchos años, hasta que en 1976 hubo una crisis de agua, una sequía en Sonora, que la sequías y las inundaciones en Hermosillo son recurrentes, cada 10 ó 15 años están”, señaló.
DAR DE BEBER A HERMOSILLENSES
Fue en 1976 cuando las autoridades decidieron que el agua de la presa ALR fuera potabilizada para dar de beber a los hermosillenses, en 1986 se hizo otra planta potabilizadora y pozos para atender a nueva sequía.
“Pero llegamos a 1984 y sucedió lo contrario, la presa se llenó y vertió sus aguas, pasó lo contrario de la sequía anterior, entonces fue cuando Hermosillo se partió en dos porque era la primera vez que la presa vertía sus aguas”, recordó.
Las consecuencias que las aguas corrieran por su cauce natural, fue que la ciudad se dividió en dos, los vehículos de carga que venían de diferentes partes del País se quedaron varados, lo que hizo un caos nacional y local.
“Tuvimos otra llovida fuerte en 1993 ó 1994, pero para entonces el Gobierno del Estado, ya había construido el canal, ya había canalizado una parte del río que conocemos ahora, que llegaba al Periférico Poniente”, explicó.
Para estos momentos se había construido la presa “El Molinito” en 1991, para contener las aguas extraordinarias y que no se vertieran a la ALR.
Con esta presa ‘El Molinito’, no ha vuelto a ver otra tormenta perfecta, para que llene las dos presas, vierta ‘El Molinito’ y vierta la ‘Abelardo Rodríguez’, pero va a suceder, tarde o temprano va a suceder”, aseguró Lagarda.
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