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Buscan preservar tradiciones yaquis y mayos en Nogales

Miembros de la comunidad Saylam Yoremem de la Frontera promueven el uso de sus lenguas, danzas y comidas tradicionales.

NOGALES, Sonora.- Para los miembros de la comunidad Saylam Yoremem de la Frontera (hermanos yoremes en la frontera), integrada por descendientes de las etnias Yaqui y Mayo, asentados en Nogales, lo más importante es conservar su identidad y raíces.

Y para tal efecto hay que comenzar por rescatar sus tradiciones, usos y costumbres, máxime que se encuentran alejados de sus lugares de origen, manifestó Juan Manuel Yocupicio Zambrano.

El cobanaro mayor (gobernador) de esta comunidad, indicó que actualmente la misma está integrada por 152 miembros credencializados, pero se calcula que son más de dos mil que viven en Nogales.

Por tal motivo estamos trabajando en la integración de más de ellos, a la comunidad, con diversas actividades y planes que hacemos durante las reuniones que sostenemos cada 15 días en la enramada ceremonial ubicada en la colonia Jardines de la Montaña”, expuso.

Entre estas actividades también se incluye el aprendizaje de la “lengua” (dialecto), elaboración de guacabaqui y escuela de pascoleo y/o Danza del Venado a niños pequeños, indicó el nativo de Etchojoa, Sonora.

Sobre la Danza del Venado, explicó que son los mazowileros (músicos) quienes conllevan el ritmo del danzante con el sonido del tambor de doble parche (cúbahi), tambor de agua (babacusi), frotadores de varas de madera con ranuras (hirúkiam) y jícaras.

Diferenció que el pascoleo es parte del ritual, pero en otra etapa, e igual pasa con el matachín (el bailador malvado que se pone máscara para hacer travesuras).

Yocupicio Zambrano subrayó que para los integrantes de la comunidad Saylam Yoremem yaqui-mayo, asentados en esta frontera es muy importante rescatar sus tradiciones, usos y costumbres, máxime si se encuentran alejados de sus lugares de origen.

PASCOLERO MAYOR

Armando Rodríguez Soto, de 78 años de edad, de los cuales 71 ha sido pascolero (bailador del pascola), es invitado a muchas partes de Sonora, incluso del Norte de Sinaloa, donde tiene raíces y son de los más “fiesteros”.

Expresó que, en las fiestas tradicionales muchas personas, incluso descendientes de las mismas etnias desconocen su verdadero significado y piensan que se trata de pura pachanga y borrachera, de ahí la importancia de rescatar las costumbres antes de que sea demasiado tarde.

Para donde me invitan voy, ya que hay distintas festividades a diferentes santos durante el año, aunque lo más sagrado es durante Semana Santa. Siempre somos tres pascoleros ya que nos turnamos para descansar; igual pasa con los labeleros (quienes tocan el arpa, tamboril y violín)”, explicó.

“La huitacochi”, “La churea” son ejemplos de las canciones que bailan durante las ceremonias, aunque “La cuichi” (las tres son aves) se tiene también que cantar y todo eso es parte de lo que compone ser un pascola, agregó.

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LA “LENGUA”

Para Juan León Pacheco Ontiveros, maestro de dialecto yaqui-mayo, el enseñar la “lengua” como es conocido popularmente este idioma, significa estar poniendo su granito de arena para que no desaparezca la identidad de estas etnias.

Comentó que actualmente está dando clases a alrededor de 60 personas, desde niños, jóvenes y adultos, incluso a quienes no son de la comunidad pero que desean aprender el idioma, en diferentes centros de aprendizaje ubicados en diferentes puntos de esta frontera.

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