Migrantes pasarán día del padre afligidos y en la incertidumbre

NOGALES.- Los papás migrantes, en su mayoría mexicanos deportados (90%), que se encuentran en el albergue San Juan Bosco, pasarán este Día del Padre afligidos o nostálgicos, algunos acompañados de sus hijos y otros alejados de ellos, extrañando sus lugares de origen; unos más rondando por las calles, intranquilos.

Al ser entrevistados varios de ellos, en el mencionado refugio para migrantes confiaron, en coincidencia, que los invade el temor y la angustia, sintiéndose entre “la espada y la pared” ya que tras serle declinadas sus respectivas solicitudes de asilo político en Estados Unidos, y deportados por esta frontera, no saben qué hacer.

Convergieron que están viviendo un ambiente de zozobra, por la incertidumbre de su futuro y otras inquietudes que los acongojan, junto a sus respectivas familias, tras aventurarse en busca del “sueño americano” y verse, éste, frustrado.

Nogales

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No pueden regresar a sus lugares de origen porque huyeron de la violencia extrema y están amenazados de muerte, incluso algunos ya sufrieron pérdida de familiares cercanos, y tampoco ahora pueden ingresar legalmente al vecino País; eso también los angustia, arrastrando con ellos, en ese sufrimiento, a sus hijos, revelaron.

Ante tal circunstancia, concordaron que no tienen mucha “cabeza” para pensar en la “celebración” del Día del Padre, solamente en ver la manera de cómo cruzar nuevamente, aún a costa del riesgo mortal que ello representa.

NO SABE QUÉ HACER

Yo sinceramente no sé qué hacer, me siento muy mal por esta situación. No puedo regresar porque tengo miedo que me maten junto a mis dos niñas (una de 11 y otra de 6 años) y esposa que me acompañan, además que me despojaron de todo allá en mi pueblo (Guerrero).**

“No podemos regresar. Nos están despojando de las casas, los animalitos, terrenos, cosechas y todo lo de valor que tengamos. Nos salimos sólo con la ropa que traíamos puesta y apenas conseguimos para trasladarnos hasta acá para pedir asilo (por Sonoyta), pero los migras no me creyeron y nos echaron por aquí”, reveló Juan, de 37 años de edad.

Por el contrario, censuró con un dejo de impotencia, voz entrecortada y ojos humedecidos, lo amenazaron con meterlo a la cárcel por tres meses junto a su esposa y separarlo de sus niñas, si seguía insistiendo, acusándolo, al mismo tiempo, de mentiroso, si se negaba a firmar salida voluntaria.

Reprochó que agentes de la Patrulla Fronteriza conminaron a su esposa, con amenazas y mentiras, a firmar por sus dos hijas como si estuvieran de acuerdo en la deportación, lo cual es ilegal.

Al preguntársele cómo le gustaría pasar este Día del Padre, contestó que no quería pensar por ahora en eso ya que su mente estaba en cómo cruzar sin poner en riesgo a su familia y que el estar juntos, aún, después de la violencia que han padecido, con eso se conformaba, además que también extrañaba y se preocupaba por otros seres queridos que están lejos.

ANHELA DÍA EN FAMILIA

“Yo tengo más de un año que no sé nada de mis hijas; se siente feo y a la vez me da envidia de la buena ver que otra gente festeja el Día de las Madres, sus cumpleaños o el Día del Padre y yo tengo varios años que no festejo nada de eso.**

“Mi meta es conseguir asilo para buscar a mis hijas que están en el otro lado. Me acuerdo de ellas y simplemente se me llenan los ojos de tristeza al no saber nada de ellas”, dijo José, de 55 años de edad, con los ojos humedecidos, al agregar que “yo cambiaría toda mi vida por tan sólo un día para tener a toda mi familia aquí conmigo”.