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Huyen de su país por la inseguridad en busca de un nuevo comienzo

María del Rosario e hijos intentan alcanzar el “sueño americano” tras pasar dificultades en su lugar de origen, pero el camino ha sido difícil

Huyen de su país por la inseguridad en busca de un nuevo comienzo

NOGALES.- “Teníamos una familia muy hermosa y un negocio que construimos desde abajo, pero la delincuencia en mi país primero me quitó a mi esposo y luego me arrebató todo lo que conocía”, dijo entre lágrimas la joven madre migrante de dos hijos que quedó viuda a causa de la delincuencia en su país.

María del Rosario (nombre ficticio), junto con sus dos pequeños hijos, se vio obligada a huir de Guatemala por extorsión de grupos criminales que le arrebataron la vida a su esposo. Desde que ingresó el 11 de septiembre del presente año a México, la incertidumbre de un futuro mejor para ella y sus niños se incrementa.

Los últimos meses para la joven madre han sido un verdadero tormento, ya que no sólo se quedó sin su esposo y padre de sus hijos, sino que se encuentra en un país diferente en el que, asegura, ha sufrido una gran cantidad de abusos de autoridades, criminales y otros migrantes.

EL DÍA QUE CAMBIÓ SU VIDA

Nosotros teníamos una familia muy hermosa, mi esposo y yo emprendimos un negocio de reparación de motocicletas y nos empezó a ir muy bien, desde abajo logramos establecernos y darle a nuestros hijos todo lo que un día quisimos nosotros tener”

“Cuando quedé embarazada de mi segundo hijo me quedé en casa y nunca me enteré que en ese periodo comenzaron a extorsionar a mi marido, pidiéndole 3 mil quetzales (alrededor de 7 mil 860 pesos) por semana, siendo que en Guatemala el sueldo mínimo por mes es de 3 mil 200 quetzales” comentó con angustia la joven madre.

El domingo 7 de abril del presente año cambió la vida de la joven familia guatemalteca, ya que el padre y esposo de la familia, falleció al intentar huir de los extorsionadores que tenían tiempo quitándole dinero.

“Ese día mi esposo recibió una llamada y me dijo que regresaba en 20 minutos, pero a la hora me llaman porque mi esposo había tenido un accidente; pensé que no era algo grave, pero desafortunadamente, falleció horas después.

Después supe que él intentaba escapar de los extorsionadores que querían quitarle la moto que tenía; desde ese día comenzamos a vivir un verdadero tormento”, dijo llorando.

La mujer manifestó que tras enterrar a su esposo, tres días después del accidente, abrió el taller y se puso a trabajar; fue entonces que se dio cuenta de la realidad que vivía su esposo, ya que comenzaron a extorsionarla los mismos delincuentes que le habían causado la muerte a su esposo.

Cerré el taller pero seguían buscándome, se metieron a robar a mi casa y se llevaron todo, pensé que allí terminaría el acoso pero no, comenzaron a ir por mi hijo a la escuela, queriéndolo llevar con ellos, fue ahí que no aguanté más y tomé la difícil decisión de irme”, expresó María del Rosario.

CONTINÚA EL TORMENTO

La joven migrante se llenó de valor y tras una conversación con su madre (que vive en Estados Unidos), tomó la decisión de emprender el peligroso viaje al Norte, donde las peores experiencias aún estaban por vivirse.

“Un 11 de septiembre llegué a Tapachula a un lugar en el que mi madre estuvo cuando ella emprendió el viaje y estuvimos mis hijos y yo en un cuarto con una sola cama y una pequeña mesa por dos meses, esperando el momento indicado para viajar.

“Allí tuvimos una horrible experiencia, un día entró un hombre drogado queriendo hacerme daño, mi niño el mayor (de 8 años) lo empujaba con sus manitas y le gritaba que me dejara en paz; pudimos sacarlo y atravesando la cama en la puerta pasamos esa noche”, expresó entre lágrimas.

Al siguiente día la mujer y sus hijos se fueron de ese lugar sin saber a dónde ir, en la misma ciudad de Tapachula se encontraron con una comunidad migrante de Honduras de quienes sufrió rechazo por ser de Guatemala.

“Las cosas no cambiaron mucho, como nosotros no éramos hondureños no nos dejaban lavar ropa, a veces no nos permitían usar el baño y mis hijos no podían salir a jugar, por lo que otra vez, sin saber a dónde, me fui de ese lugar.

“Llegamos a Oaxaca y cuando mi mamá lograba mandarme 100 dólares, tomaba un bus y me iba hasta el pueblo que pudiera; así lo estuvimos haciendo hasta llegar aquí”, comentó la migrante.

ABUSOS EN EL CAMINO

La mujer de 27 años dijo que las peores cosas las vivió en sus trayectos en autobús, ya que subían autoridades a pedirles dinero y a despojarlos de lo poco que pudieran llevar de valor.

Policías, guardia nacional, personal de migración y todo el que se subía al camión nos iba despojando de lo poquito que podíamos juntar para el viaje; en una de las ciudades me quedaban 30 pesos y un oficial me los quitó, ese día sumaron tres días en los que no pude darle de comer a mis hijos.

“Un joven de Ecuador nos ayudó compartiendo de lo que también le quedaba, y con sus 10 pesos compró un panecito con el que mitigamos un poco el hambre”, comentó.

La joven señaló que al llegar a Sonora fueron abordados por un grupo armado que los bajó del camión y les pedían 10 mil dólares para no matarlos.

“Lloré y temblé como nunca, sólo le pedía a Dios que me ayudara; estos hombres me empujaban y me exigían dinero, pero les decía que ya no me quedaba más"

“Me asusté mucho, pero gracias a Dios nos dejaron irnos; ya después de allí, logramos llegar a esta ciudad, en la que recién cumplimos un mes de estancia”, platicó.

La joven madre todos los días revisa su solicitud de asilo político, esperando ser una de las elegidas antes de que entre Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

Así como el de María del Rosario y sus hijos es el drama que enfrentan muchos otros migrantes que luchan por alcanzar el llamado “sueño americano”.

PARA SABER

  • Según los últimos datos disponibles de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de las Personas (Upmrip), entre enero y agosto de 2024, Sonora registró 15 mil 683 detenciones de personas en situación migratoria irregular por parte del Instituto Nacional de Migración. Del total, 5 mil 473 detenciones correspondieron a personas originarias de Guatemala, lo que representa el 34.8%.
  • De las personas que intentaron cruzar de manera terrestre hacia Estados Unidos, 47 mil 890 fueron detenidas por las autoridades migratorias en Arizona tras atravesar Sonora. De esta cifra el 37.8% son guatemaltecos detenidos a lo largo de toda la frontera Sur, según los registros disponibles de enero a octubre de 2024.

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