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El Imparcial / Sonora / notamigracion

Paisajes que quitan la respiración

Los coloridos y majestuosos paisajes de la Reserva Monte Mojino en la sierra de Álamos, asemejan postales tomadas de países exóticos o lejanos y curiosamente estas bellezas de la naturaleza se encuentran en pleno territorio sonorense.



Es increíble pensar que Sonora, caracterizada por el indómito y abrupto desierto, albergue al mismo tiempo una diversidad de panoramas propios del Sur de México o de países europeos o asiáticos.



Un impresionante bosque y selva con sorprendentes panorámicas se pueden encontrar a escasos 30 kilómetros de Álamos.



Alrededor de este mágico pueblo, existe un lugar que de manera increíble contrasta con los áridos paisajes de Sonora; árboles de hasta 50 metros de altura con tonos verdes, ocres y naranjas; largos y abundantes arroyos en donde habitan felinos, aves, insectos, anfibios, son parte de este hábitat.



El cambio de estaciones en el predominante ecosistema de selva baja caducifolia (SBC) durante el transcurso del año provoca que las hojas de los árboles caigan al suelo y el ambiente cambie de un impresionante tono verde a uno ocre; los habitantes de la zona rural del Sur de Sonora, conocen este segundo color como “mojino”, de aquí nace el nombre de este espacio natural protegido.



La Reserva Monte Mojino (ReMM) está ubicada dentro del Área de Protección de Flora y Fauna Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui (APFF SARC) al Sur de nuestra entidad, en este Municipio colonial.



Este paraíso de Sonora comprende un territorio de casi 6 mil hectáreas que están en el interior del Área de Protección de Flora y Fauna Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui, ambos espacios conservados por el esfuerzo en conjunto de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y la ONG Naturaleza y Cultura Internacional.



Este sitio viene a ser el lugar más al Norte de México donde es posible encontrar la selva, que acompañada por el bosque de pino-encino y el caudal del Río Cuchujaqui, envuelve importantes hábitats que dan vida a las 36 familias de árboles tropicales, 48 especies de orquídeas, seis especies de psitácidos (loros o papagayos), la diversidad de aves más grande de Sonora (330 especies) y 79 especies de anfibios.



Además cinco especies distintas de felinos: El jaguar, el ocelote, el tigrillo, el puma y el lince.



Lydia Lozano Ángulo, coordinadora de la ReMM dijo que éste es un programa que pertenece a Naturaleza y Cultura Internacional, una ONG que tiene sus orígenes hace 15 años en Ecuador y que trabaja en Perú y Colombia; y desde hace una década en México, con Álamos como el único lugar en el País perteneciente al programa de conservación.



“En el (año) 1996 se decretó el APFF SARC, y entonces ahí es cuando NCI entró a hacer la compra de tierras para fortalecer ese esfuerzo de conservación (junto a la Conanp), pero es la distribución más norteña del bosque tropical caducifolio y tiene gran cantidad de varias especies y está muy bien conservado entonces valía la pena hacer la inversión”, comentó.



Lozano afirmó que es complicado encontrar un bosque intacto, pero que los grados de perturbación en la Sierra de Álamos son muy reducidos y gracias al poco número de habitantes en la zona, NCI despertó un importante interés por crear una reserva natural.



“Es difícil lograr hacer un parche completo, es decir, comprar un lugar que sea contiguo y aparte estén conectados, entonces hay ranchos que sí están disponibles pero que no necesariamente están sobre la cuenca del Cuchujaqui que es lo que nos interesa conservar”, agregó.



Meta: 10 mil hectáreas



Con la meta de alcanzar una reserva privada de 10 mil hectáreas, NCI extiende sus horizontes en México a través de una asociación civil llamada Naturaleza y Cultura Sierra Madre, que bajo los mismos principios de la matriz norteamericana pretende conservar la reserva, pero también crear programas de educación ambiental.



“Nosotros trabajamos bajo la misma filosofía de NCI y sólo somos su representante en México, con la idea de ser más mexicanos, es una ONG mexicana que maneje predios mexicanos y que maneje programas de conservación en México.



“Cuando quisimos que esto se convirtiera en un programa, sacamos el proyecto ReMM, nuestra idea es tener una reserva privada de 10 mil hectáreas, pero el programa puede extenderse a más hectáreas de conservación sin necesidad de comprarlas, esto implica que nuestros vecinos sean partícipes en la conservación de la cuenca del Cuchujaqui sin tener que comprar sus ranchos”.



Para Naturaleza y Cultura Sierra Madre A.C. es importante que la conservación trascienda e impacte en otras áreas naturales, por lo que la conexión con otras ONG y entidades que tienen programas similares a la ReMM permite trabajar en conjunto con la idea de generar corredores de reservas tanto privadas como federales en la Sierra Madre al Noroeste de México.



“En algún momento como en 10 ó 20 años lo primero sería que la tierra quedara blindada completamente, que esa tierra no pudiera ser tocada por mineras, que no pudiera haber extracción de agua y todo este tipo de desarrollos que normalmente se dan y al mismo tiempo que la gente misma de Álamos valore y conserve la reserva ya que al final de cuentas es de los alamenses, no de NCI”.



NCI a través del programa ReMM apoya investigaciones de diferentes instituciones académicas de Sonora, México y EU. Es financiado por donaciones de fundaciones norteamericanas principalmente.

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