Desconfían del agua pobladores de Banámichi

La falta de claridad en los procesos de remediación y en los resultados de análisis del vital líquido han orillado a los pobladores de la región a recurrir cada vez más al agua purificada y menos a la que siempre habían consumido, la del río.

Banámichi, el segundo de los municipios de Norte a Sur en la Ruta Río Sonora, es un ejemplo de ello, donde sus habitantes, en la medida de sus posibilidades, han optado por cuidar que cuando menos el agua que toman sea de garrafón.

“Antes sí tomábamos el agua de la llave y ahora hasta para la comida se tiene que usar de garrafón”, comentó Samuel López Montoya.

En su vivienda, hasta antes del derrame de tóxicos en el Río Sonora, sí se acostumbraba comprar agua purificada para los niños; él y su esposa no veían ningún problema en utilizar la de los pozos, pero hoy eso ha cambiado.

“Ahorita nos da desconfianza tomar (de la llave)”, mencionó, “dicen que ya está buena el agua pero no han dicho si ya le volvieron a hacer pruebas ni nada de eso”.

Según los habitantes de Banámichi, es poco lo que se sabe en el pueblo de la limpieza de las áreas afectadas, de la calidad del agua y, en general, de la situación en la que ellos se enfrentan y los riesgos que corren a un año de la contaminación del río.

“Hasta ahorita nadie nos ha dicho que (el agua) ya se puede tomar, dicen que para el uso de la cocina nomás, para tomar todavía no”, añadió López Montoya.

Muy cerca de su hogar está la casa de Jorge Vicente Moraga Morales, quien tiene por oficio la ganadería, y aunque su trabajo no se vio afectado por la contingencia, también vive con la misma duda en cuanto al vital líquido.

Moraga Morales platicó que en las primeras semanas posteriores al derrame varias personas acudieron para llevarse muestras del agua cercana al río, pero hasta la fecha él no se ha enterado de cuáles fueron los resultados.

NO DAN INFORMACIÓN

A unos pasos del corral en el que tiene a sus animales se encuentra un canal por el que corre agua del río; según el ganadero fue uno de los lugares de donde hace meses se llenaron recipientes con agua para su análisis.

“(Uno de los que vino) me dijo ‘a la tarde tienes el resultado’, pues todavía no ha llegado la tarde, no trajo el resultado, pero ahí está el canal. No sé si estaban contaminadas o no estaban, no trajo razón”, aclaró.

Don Jorge desconoce si las personas a las que en diferentes ocasiones acompañó a tomar las muestras eran investigadores o funcionarios de alguna dependencia de Gobierno, lo único que tiene claro es que las versiones son distintas y las respuestas escasas.

“No se entiende, es mucho el mitote que hay, le ponen muchas cosas, ahí está la duda, si será o no será, pero no hay una razón exacta que diga”, manifestó.

OBLIGADOS A TOMAR AGUA DE LA LLAVE

Pero a pesar de la incertidumbre generada en los pobladores del río por el problema del agua, no todos tienen la posibilidad de consumir siempre la de la purificadora y han vuelto a tomar la de la llave.

“Primero nos la daban de Grupo México, luego ya no, pues mucha gente sí compra el agua, pero uno hay veces que no tiene dinero”, expresó Rafaela González Rivera.

En su familia recibieron el pago del Fideicomiso por la toma de agua, pero el problema, resaltó, es que con lo escaso del trabajo este dinero es insuficiente para comprar todos los garrafones de agua que se necesitan sólo para consumo.