Preocupa en San Felipe muerte de ganado
Por primera vez desde la contingencia sufrida hace un año por el derrame de desechos tóxicos los ganaderos han vuelto a acercar a sus animales al Río Sonora, como cada temporada de lluvias, pero ya empiezan a registrar pérdidas.
En apenas una semana y sin motivo aparente Sergio Quintanar Ruiz, habitante de San Felipe de Jesús, sufrió la baja de cuatro de sus vacas, las cuales enfermaron y murieron días después de que las llevara al río.
“Todos los años nosotros las metemos en el río para que se vuelvan a cargar, en la temporada de lluvias nomás y luego ya se van al agostadero”, explicó, “y ahora llevamos cuatro muertas”.
La última ocasión en que su ganado había tenido contacto con el agua del cauce fue hace más de un año, justo antes de que se vertieran 40 mil metros cúbicos de lixiviados de metales pesados provenientes de la minera Buenavista del Cobre.
Antes de ello, sus vacas nunca tuvieron ningún problema de ese tipo, por lo que aunque no ha confirmado si existe relación con la contaminación del Río Sonora, el ganadero considera que es una fuerte posibilidad.
“Pues no estará contaminado pero no sabemos, necesitamos que hagan un estudio a ver de qué se murieron las vacas”, expresó.
Además de los cuatro animales muertos al menos cuatro más enfermaron en los mismos días, por ello Quintanar Ruiz se encuentra preocupado y a la espera de resultados del personal de la Cofepris.
También en Huépac y Aconchi
Desde que se tuvo conocimiento del desastre ambiental en la región, dijo, nunca se le habían tomado muestras a su ganado para saber si existía algún problema, hasta en días pasados, cuando también murieron vacas en Huépac y en Aconchi.
Sergio Quintanar señala que como apoyo del Fideicomiso Río Sonora recibió cerca de 16 mil pesos por el concepto de ganadería, pero por las 10 hectáreas de siembra que se vieron afectadas por la contingencia no le han entregado nada.
“A mi amá tampoco le dieron de la tierra, faltamos aquí en San Felipe mi amá y yo y dos personas más. Yo creo que ya no (nos van a pagar), se me hace que ya no, a como vemos las cosas”, externó.
En el mismo municipio hay quienes, aseguran, recibieron el pago del Fideicomiso desde el principio, pero en una tarjeta bancaria que no tenía fondos.
“(A mi hijo) le llegó una tarjeta y fue a checar al cajero y estaba en ceros, y nunca le llegó nada, volvió a meter papeles. Al principio era con tarjeta, después con cheques y luego hasta en efectivo, pero hay veces que a uno les llegan dos, tres veces, y a otros nada”, aseveró Rosa Lidia López.
Pierde toda la siembra
La falta de agua para poder regar fue la causa de que su hijo perdiera toda su siembra de cacahuates, comentó, por la cual aún está a la espera de ser beneficiado con los apoyos entregados para todos los afectados.
“Nos dieron un apoyo de la toma de agua y por la milpa también, pero a los que verdaderamente perdieron, a esos no les dieron nada, como a los de agricultura que tenían cacahuate, unos perdieron todo”, opinó Edmundo Quintanar Ballesteros.
Sentado en su silla de ruedas eléctrica, el hombre de 83 años de edad relató que aunque en su caso no hubo problemas porque sus tierras están más alejadas del río, sí fue testigo de cómo algunos agricultores vieron perdida toda su cosecha por la contaminación.
Don Edmundo expuso que, de la misma manera que la mayoría de los habitantes del pueblo, prefiere utilizar el agua purificada para consumo, no porque esté seguro de que la del pozo se encuentra contaminada, sino porque hay muchas opiniones sobre ese tema y poca claridad en las respuestas de las autoridades.
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