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Sufren en comunidades rurales por la falta de médicos

En las localidades de la zona rural del Estado, un 30% de las casas y centros de salud no están en operación y la mayoría no cuentan con personal médico.

Sufren en comunidades rurales por la falta de médicos

HERMOSILLO, Sonora.- Existen comunidades en Sonora cuyos habitantes no tienen derecho a enfermarse o a tener alguna emergencia médica después de ciertas horas.

Localidades donde hay centros de salud pero no funcionan o, en el mejor de los casos, son atendidos por una enfermera o hasta por un vecino del mismo pueblo.

"Cuando se presenta una urgencia no nos queda otra más que recurrir a un buen samaritano para que nos lleve hasta la ciudad, porque ni ambulancias tenemos", explica Carmen Fraijo Leyva, habitante del poblado Santa María.

Esta comunidad pertenece a Empalme y cuenta con una casa de salud –en la que debe haber un promotor o auxiliar sanitario–, pero por lo general Carmen debe trasladarse a La Atravezada, a unos cuatro kilómetros de Santa María y donde sí hay centro de salud.

Para alcanzar ficha en La Atravezada, los habitantes de Santa María tienen que madrugar y, si no cuentan con vehículo propio, salen a la carretera a buscar un raite. Aun así no tienen garantizado que serán atendidos.

La última opción si no consiguen turno, agrega Carmen, es ir por lo menos a Empalme, a 28 kilómetros de La Atravezada y 32 de Santa María.

 

Los tipos de atención

De acuerdo con la definición de la Secretaría de Salud federal, una casa de salud tiene capacidad para atender poblaciones de 500 a dos mil 500 habitantes. Debe contar con un auxiliar de salud para detectar síntomas y dar tratamiento en ciertos padecimientos o, en su defecto, derivar a un centro de mayor nivel.

El siguiente tipo de modelo de atención es el centro de salud, para localidades de entre 500 y seis mil familias, donde se deben brindar servicios básicos y diagnosticar enfermedades tempranas. En su nivel más básico, esta unidad funciona con un médico y dos enfermeras.

Según datos de la misma dependencia, hasta el año pasado, Sonora contaba con 392 casas de salud y 194 centros de salud rurales, repartidos en las seis jurisdicciones sanitarias en que se divide el Estado.

 

Sólo enfermedades pequeñas

Marte R. Gómez, también llamada Tobarito, es una localidad donde habitan alrededor de ocho mil 700 personas, en la región del Valle del Yaqui. Unos 14 kilómetros separan a esta comunidad de Ciudad Obregón, la cabecera municipal de Cajeme.

Cada dos meses, Mayra Moroyoqui Gastélum se traslada desde ese pueblo hasta Obregón para hacerse estudios porque sufre de una afectación del corazón.

En Marte R. Gómez existe un centro de salud pero, dice Mayra, es sólo para "enfermedades pequeñas", como gripe o dolor de estómago.

"Es difícil venir a Obregón, porque aunque no está tan lejos es perder todo el día en el trabajo y buscar dónde dejar a los hijos, y acomodar todo porque es como hacer un viaje", asegura.

Aun cuando les han prometido mejores servicios en la localidad, señala que nada ha cambiado nunca. Cuando alguien se enferma o requiere una atención de mayor nivel, no tienen de otra que ir a la ciudad.

 

Quedaron sin estrenar

En el año 2015, el Ayuntamiento de Navojoa entregó 16 casas de salud en varias localidades, en las que se invirtieron 10 millones de pesos. Para ese entonces ya sumaban 20 casas, pero a decir de los pobladores nunca se utilizaron.

Quienes sacaron provecho de las nuevas instalaciones fueron los ladrones, pues según los habitantes se llevaron las puertas y el cableado eléctrico, y además quebraron los cristales y vandalizaron las paredes con graffiti.

"Nomás las puras ventanas dejaron, pero porque siempre ha estado abandonada esa casa, siendo que nosotros ocupamos doctores, medicina y un lugar donde nos atiendan", lamenta Romelia Ortiz, residente de la comisaría Pueblo Mayo.

En las ocho comisarías y 104 comunidades que pertenecen a Navojoa, la falta de unidades de salud es un problema recurrente. Pero es especialmente difícil para los poblados más alejados de la ciudad.

Hay lugares como Tres Hermanos, Pueblo Mayo, Buiyacusi, Rancho Camargo, Barrio Cantua, Mezquital, Tesia y Masiaca donde los vecinos se sienten desprotegidos ante una emergencia médica.

"Ya hubo ocasiones en que a media noche le picó un alacrán a uno de los niños, y tuvimos que salir corriendo a buscar quién nos llevara a Navojoa, porque aquí no hay dónde atenderse", expresa Brígida Valenzuela, habitante de Pueblo Mayo.

Valenzuela tiene 67 años de edad y vive en esta localidad, ubicada a 21 kilómetros del casco urbano de Navojoa. Agrega: "Cuando hay suerte, conseguimos raite con algún vecino, pero cuando no lo encontramos tenemos que salir a la carretera".

 

Sin equipo ni medicamentos

A la escasa cobertura médica que tienen algunas comunidades rurales de Sonora, se suma el hecho de en algunas casas y centros de salud no se cuenta con medicamentos ni equipo básico para garantizar una buena atención.

José Ramón Duarte, médico pasante de la Universidad de Sonora, realiza su servicio social en Masiaca, Navojoa. Advierte que uno de los principales problemas es precisamente no tener el material suficiente para atender a los pacientes.

"Apenas hay lo necesario para atender cuadros básicos, pero para tratarse enfermedades graves o emergencias, la gente de Masiaca tiene que viajar hasta el casco urbano de Navojoa", señala.

Además, no a todos los médicos pasantes que hacen su servicio social en una localidad les entregan una beca, lo que dificulta aun más que puedan cubrir las necesidades básicas.

"Sí hace falta más inversión en salud", afirma José Ramón, "sobre todo en las comunidades como esta, que están tan lejanas a la ciudad, falta todavía mucho por mejorar".

 

"A los médicos no les gusta"

De acuerdo con autoridades, existe también un déficit de médicos pasantes para atender a ciertas comunidades, particularmente las que están más alejadas de las ciudades o que han registrado problemas de inseguridad.

"Nadie quiere ir a esas comunidades por lo alejado, porque a veces se sienten inseguros o ese tipo de cosas que han estado sucediendo en otras partes del País y se crea una percepción negativa", menciona Jesús Alfonso Montaño Durazo, alcalde de Agua Prieta.

Entre 2015 y 2017, por ejemplo, los ejidos Colonia Morelos y Rusbayo, que pertenecen a ese municipio, estuvieron sin atención médica, a pesar de contar con un centro de salud. Actualmente hay un doctor que da servicio a ambas localidades.

Ramiro Laguna Quintero, jefe de la Jurisdicción Sanitaria número 3, que agrupa a los municipios del Norte, explica que para cubrir la falta de médicos se capacita a pobladores para fungir como auxiliares de salud.

Pero a pesar de que también se hacen brigadas en varias comunidades, el gran problema es precisamente la falta de cobertura, añade Laguna: "A los médicos no les gusta ir a la zona rural, prefieren ir a los hospitales generales".

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