COVID-19: Expertos diseñan plan sanitario para la nueva normalidad en Sonora
El confinamiento se decidió por las autoridades de gobierno, con base en modelos epidemiológicos de pandemias anteriores.
HERMOSILLO, Sonora.-El Gobierno del Estado de Sonora solicitó al Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) el apoyo para integrar un grupo de investigadores(as) con el objetivo de elaborar un documento que sirviera de guía a las empresas de rubros no esenciales, a fin de garantizar el regreso a las actividades económicas de una manera segura para empleados, proveedores, prestadores de servicios y clientes.
Con dicho propósito se integró un grupo de investigadores del CIAD, el Instituto Tecnológico de Sonora (Itson) y la Universidad de Sonora (Unison), quienes elaboraron documento titulado “Lineamientos para la operación de empresas con actividad no esencial durante la contingencia por COVID 19”
Este documento está disponible en el micrositio del CIAD con referencia a la contingencia por la pandemia del COVID-19 (www.ciad.mx/coronavirus). Es preciso destacar que no se trata de un documento oficial, sino de una guía para ayudar a las pequeñas, medianas y grandes empresas a implementar sus protocolos de seguridad.
¿Cuál ha sido la contribución del CIAD en este plan y quiénes participaron?
El CIAD cuenta con una gran experiencia adquirida por más de dos décadas en la administración de sistemas de gestión de calidad, caracterización de riesgos sanitarios y respuesta a emergencias.
En esta iniciativa, por parte del Centro participaron Lorena Noriega Orozco, Irene Ramírez Bustos, Verónica Mata Haro, Gastón Torrescano Urrutia, Aarón Fernando González Córdova y Miguel Ángel Martínez Téllez. También colaboraron, en representación del Itson, Pablo Gortáres Moroyoqui y Fernando Lares Villa y, de la Universidad de Sonora, Guillermo E. Arteaga Mac Kinney y Juan Carlos Gálvez Ruiz.
¿En qué consiste?
El plan contempla medidas de prevención del personal que labora en las empresas, y en él se explican recomendaciones de acuerdo al grado de riesgo al cual un individuo está expuesto, según el rubro del negocio. También considera una lista de autoverificación para que las empresas realicen un diagnóstico de los requerimientos que tendrán que cumplir para reiniciar sus actividades productivas.
Se consideran diez controles aplicables a sus procesos productivos antes de reiniciar operaciones, tales como la identificación de riesgos en el personal por actividad y la identificación del riesgo de contagio en puestos específicos.
También se contemplan veinticinco controles aplicables durante las operaciones, considerando: 1) Distancia: mantener suficiente espacio entre las personas, ya que nunca se sabe quién está enfermo. 2) Higiene: jabón y desinfectantes como el cloro son muy efectivos y destruyen al virus en manos y superficies. 3) Equipo de protección personal: cubrebocas, etcétera. 4) Reportar síntomas: hacer saber al supervisor inmediato o jefe cualquier síntoma y respetar las reglas para proteger a los demás.
¿Qué actividades deberían de reiniciar primero?
Por otra parte, un grupo de economistas coordinado por Vidal Salazar Solano, de la Coordinación de Desarrollo Regional del CIAD, junto a investigadores de El Colegio de Sonora, se encargaron de definir un semáforo de riesgo para empresas por tipo de actividad.
De tal manera, ubicaron el tipo de industria que presentan menor riesgo de contagio y tienen una mayor aportación al Producto Interno Bruto Estatal (PIBE). Ese fue principalmente el argumento para proponer los giros y tipos de empresas que podrían reiniciar primero sus actividades; sin embargo, esta es una decisión que será tomada por las autoridades federales y estatales.
¿Ya volveremos a la “normalidad”?
El confinamiento se decidió por las autoridades de gobierno, con base en modelos epidemiológicos de pandemias anteriores.
Lo que se hizo fue resguardar a la población para evitar el contagio de persona a persona. En el caso de Sonora se inició de manera temprana para evitar la dispersión rápida del virus entre la población, con el fin primordial de tomar todas las medidas de control necesarias y en búsqueda de que la capacidad hospitalaria del estado no fuera rebasada.
El propósito ha sido que, entre menos enfermos graves existiera, más disponibilidad de camas y respiradores se tendrían disponibles cuando llegará el “pico” de más contagiados y enfermos.
Es importante destacar que el confinamiento no ha terminado; el regreso a las actividades será paulatino, permitiendo la reincorporación de personas a las actividades no esenciales de manera escalonada, para mantener protegida a la población por más tiempo.
Entre menos número de personas estén en movimiento en cada ciudad, menor será el número de contagios simultáneos.
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