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Dejar de vivir en la calle sí es posible

Actual mente Alfredo cuenta con dos empleos y está a punto de reintegrarse a la sociedad, una vez que cumpla su estadía máxima en el lugar de seis meses. 

Dejar de vivir en la calle sí es posible

En menos de dos años, 180 personas que estaban en situación de calle lograron reincorporarse a la sociedad y alrededor de 600 más se reunieron con sus familiares en sus lugares de origen.

Alfredo, de 57 años de edad, es una de esas personas a quien problemas familiares o económicos lo llevaron a vivir en la calle y poner en riesgo su vida. De haber tenido una vida llena de oportunidades y privilegios, Alfredo tuvo que experimentar situaciones que jamás pudo imaginarse y algunas de ellas fueron pérdidas importantes, como la vida de sus padres.

El año pasado falleció mi mamá. Nosotros vivíamos en una casa rentada y después de haberlo tenido todo, terminamos viviendo en una casa rentada, atrás de El Sahuaro. “Yo tuve que renunciar a mi trabajo y me dediqué a mi madre cuatro meses, porque estuvo convaleciente por cáncer de páncreas, fallece ella y la persona de la casa me dice que necesita la casa para arreglarla y venderla”, relató.

Su padre fue un empresario exitoso y tanto su infancia como su juventud fueron plenas económicamente hablando, ya que estudió en los mejores colegios de la ciudad, recordó, pero no supo aprovechar las oportunidades.

Su familia tuvo un problema grave de finanzas que los llevó a la quiebra, por lo que tuvieron que dejar su vida anterior e intentar sobrevivir, pero con la muerte de su padre y posteriormente de su madre, tuvo que refugiarse en la calle.

Y pues ahí anduve con mi maleta de llantitas, con unos dos cambios y trabajaba en la noche, en una agencia de guardias, y en el día veía dónde podía acostarme un rato. Anduve en la Central Camionera, anduve en urgencias del Hospital General y así”, contó.

Durante un mes, Alfredo tuvo que dormir en las calles y en lugares públicos, pero por los peligros que alcanzó a ver durante todo ese tiempo, como robos, agresiones y hambre, decidió buscar un refugio más seguro, como un edificio abandonado sobre el bulevar Kino.

Ahí estuve bastante tiempo, ya podía hacer mis necesidades, tenía donde bañarme a jicarazos, pero nomás llegaba a dormir”, añadió.

“Sobreviví porque estaba trabajando, el trabajo no lo perdí”, afirmó, “a veces iba y me bañaba en el Centro, en unas regaderas públicas y mi ropa la lavaba en la lavandería”.

Gracias un grupo de mujeres religiosas que viven en el fraccionamiento donde Alfredo es guardia de seguridad supo que existía Casa Galilea y que podría recibir apoyo integral.

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Una vez que se presentó en Casa Galilea, ubicada en la colonia Palo Verde, Alfredo ingresó por voluntad propia al lugar donde encontró un techo donde dormir, come tres veces al día, puede asearse y convivir en un ambiente familiar con sus demás compañeros.

Actual mente Alfredo cuenta con dos empleos y está a punto de reintegrarse a la sociedad, una vez que cumpla su estadía máxima en el lugar de seis meses.

ALBERGUE

Casa Galilea es un albergue para personas en situación de calle y grupos vulnerables, que inició el 12 de diciembre de 2020, con el apoyo del Gobierno Municipal de Hermosillo, de la Arquidiócesis de Hermosillo y con el arduo trabajo de su directora general, Claudia Eugenia Villa Hernández.

Estuvimos tocando muchas puertas en diferentes instituciones, sobre todo de Gobierno, y a través de la Institución de Transformación Social se abre esta oportunidad, se presenta el proyecto, se nos aprueba y nos dicen que vamos a trabajar con él”, dijo.

Isela Montes De Oca, directora general de Sistema DIF Hermosillo, destacó que en la campaña electoral se detectó que la segunda queja de los hermosillenses es el tema de las personas en situación de calle.

Por tal motivo, se decidió apostarle a un proyecto que, además de sacar a las personas de las calles, las ayude a recuperar parte de la vida que dejaron atrás, proporcionándoles un techo, alimentación y un trabajo con el que puedan sustentarse por ellos mismos.

Casa Galilea es una casa que alberga temporalmente a personas en situación de calle con la idea de reintegrarlos socialmente hablando”, explicó.

“Nunca nos detenemos a ver que son personas que en algún momento tuvieron sueños, aspiraciones, tuvieron casa, y por alguna situación desafortunada terminaron viviendo en situación de calle. “Es por eso que Galilea les ofrece esta esperanza de vida y de retomar el control de sus vidas”, aseveró.

¿POR QUÉ LA INDIGENCIA?

La titular de DIF Hermosillo reveló que existen diversos factores que llevan a una persona a vivir en situación de calle, como el perder a una pareja, a una familia, abandonar la casa y no tener un lugar a donde ir, y terminan habitando en las calles.

Pero la mayoría de los casos es porque emigraron al Estado para trabajar en los campos de la Costa de Hermosillo y una vez concluido su período laboral, llegan a Hermosillo buscando la manera de poder regresar a sus ciudades, pero muchos no lo logran.

Otro factor importante son las adicciones, las cuales pueden mantener estando en situación de calle porque tienen la facilidad de recolectar dinero que la misma ciudadanía les brinda.

“Nos empezamos a dar cuenta que la respuesta de todos ellos es: ‘Nos va muy bien económicamente hablando’. Al sondear con muchos de ellos nos damos cuenta de que tienen un ingreso diario de 700 pesos.

Es lo que reciben directamente de la ciudadanía”, insistió, “tanto afuera de tiendas de conveniencia como en los cruceros principales. Reúnen hasta 700 pesos diarios y no les conviene de alguna manera recibir la ayuda de Casa Galilea”

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