Familia Vásquez comparte tradiciones oaxaqueñas del Día de Muertos en Sonora
En Oaxaca, el altar lleva elementos muy importantes para que los muertos sean bien recibidos y sobre todo se vayan tranquilos después de su visita.
HERMOSILLO.- Eduardo Vásquez es originario de Oaxaca y vive en Sonora desde hace 30 años, aun así jamás ha querido que su familia pierda las tradiciones de su Estado, por eso realizó su altar de muerto como se acostumbra en su ciudad de origen, Coatecas Altas, Oaxaca.
En Oaxaca el Día de Muertos es muy importante, la celebración dura una semana, es una costumbre muy bonita que hacemos cada año, y donde quiera que estemos nos gusta celebrarlo.
Aquí también queremos que nuestros difuntos sean bien recibidos, hacemos comida, tamales, mole, caldito, chocolate, y le ponemos todo al altar, siempre el primer plato que se sirve es para ellos”, mencionó.
El hombre de 60 años explicó que en su ciudad de origen el altar lleva elementos muy importantes, para que los muertos sean bien recibidos y sobre todo se vayan tranquilos, una vez que tengan que subir de nuevo.
La fruta representa que estamos bien, que estamos contentos; arreglamos el arco bonito, para que les guste a los fieles difuntos que vengan, porque si no pones arco significa que falta recurso o detalles, y podemos preocuparlos.
Si tienes un arco bonito significa que estás contento, alegre, que tienes todo. También representa la espera que tenemos para que ellos vengan, que son bienvenidos y que pueden llegar a nuestra casa”, añadió.
Entre los elementos esenciales que tiene que tener el altar en la tradición de Oaxaca es el chocolate, el pan de muertos o de yema, el cual no hacen aquí y Eduardo encarga desde días antes, la fruta, los platillos tradicionales, que siempre deben ser servidos primero en el altar, y el agua o bebida.
En Coatecas no se suelen poner fotos en los altares, ya que no es una tradición de ellos, pero decidieron hacer este año una excepción para un miembro muy importante de la familia que se fue en el 2016.
La foto que pusimos este año es de una nuera que ya no está, que quisimos mucho, aunque en nuestra región no acostumbramos a poner fotografías de nuestros difuntos”, explicó.
Las flores moradas significan que la familia estamos bien, y el cempasúchil amarillo es un recibimiento para los fieles difuntos, para que encuentren el camino hacía nosotros, ya en la parte de abajo dejamos una soda, una cerveza, un jugo, agua, para que, cuando lleguen sean bien recibidos y puedan beber agua después del viaje”, describió.
Este año, como es tradición, Eduardo puso el altar en su casa, junto a toda su familia
Su hijo, Pablo Vásquez, comentó sentirse muy afortunado de poder compartir esta tradición tan bonita con sus padres, y también ver que en Sonora cada vez más gente la replica en sus casas.
Es muy bonito, la verdad, es una costumbre que me inculcaron desde que tengo uso de razón, todos los años la hacemos y participa toda la familia, y eso es lo más bonito, porque uno corta las flores, otro las amarra, otros hacen el arco, otro adorna la mesa o hace el camino de cempasúchil.
También quemamos copal y con un soplador llenamos el altar de humo, toda la familia, desde el más chiquito hasta más grande le soplamos, para llenar de humo todo el altar, como un recibimiento más para nuestros muertos”, describió el hijo de Eduardo.
Los difuntos, según la tradición de Oaxaca, llegan hoy a las 12:00 a convivir con los vivos, y se van mañana a las 12:00 de nuevo al mundo de los muertos.
Ese tiempo es de fiesta y tradición, mencionó Eduardo, y por ello es que la gente la pasa en familia, hace chocolate, y permite a los que ya se fueron disfrutar este tiempo entre los vivos.
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