Gran ejemplo, grandes historias
La entrega inigualable que tenía Marcela por su familia la constatan aún ahora sus seres queridos y todos quienes la conocieron.

“Era muy cariñosa, muy apapachadora, muy familiar. Ella unía a sus hijos, los alentaba, los educaba y les daba mucho amor, los hacía sentir únicos”, recordó su prima Irma Gloria de Escalante.
Su gran entrega a su familia rindió frutos: sus nietos quieren mucho a su abuela, la extrañan y por supuesto, para sus nueras y su yerno también fue un modelo a seguir.
“No había nada más importante para mi suegra que su familia. Respetaba y quería mucho a su esposo, y a cada uno de los miembros de la familia nos hacía sentir como su favorito”, comentó Patricia Robinson Bours, esposa de Javier Gándara Fernández.
Por su parte Alejandra Monroy, esposa de Germán Gándara, afirmó que fue un pilar fuerte, que sabía mantener a su familia unida.
“Era y será siempre nuestro timón. Mi suegra nos hacía mejores seres humanos… Como pilar de su hogar, todo era admirable en ella. Era una mujer tan completa que era fácil de admirar y amar”, recalcó.
“Tengo la fortuna de tener muchos recuerdos y anécdotas de ella. Aún con su enfermedad, hacía el esfuerzo de venir a visitarnos a Tucson. Siempre nos recibía cantando, con una canción compuesta por ella, expresando el amor y alegría que le daba vernos”, recordó Polo Seldner, esposo de Adreana Gándara Fernández.
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