Abuela busca apoyo para vender tortillas y sacar adelante a sus 6 nietos

HERMOSILLO, SONORA.- A pesar de los problemas que ha tenido que enfrentar en los últimos meses, Rosa Elvia García Vargas sólo desea salir adelante y poder mejorar su calidad de vida para así ofrecerles un mejor futuro a sus nietos, de quienes se está haciendo cargo desde que nacieron.

Tras la muerte de su esposo, hace cuatro meses, la mujer de 59 años, cayó en un estado de depresión que la ha estado torturando todo este tiempo, pero a pesar de ello, su mayor anhelo es salir del tomento en que se encuentra, pero siente que no podrá lograrlo sola.

Platicó que su esposo Francisco Joel Armenta González, era el pilar más importante en la familia, ya que llevaba el sustento a la casa, pero en febrero pasado tuvo un accidente laboral que lo dejó varios días en la cama de un hospital, hasta que finalmente murió, a los 61 años.

Estaba arreglando el dompe y se le vino a la mitad del pecho y al estómago y lo ‘apachurró’, y como estaba gordito, mi esposo, dicen que lo molió todo por dentro. Fue en la criba, allá en el trabajo de él.

“Él era el único sustento. Yo también trabajaba limpiando calles, no dejé de trabajar nunca hasta hace una semana”, dijo, “porque me enfermé, a mí no me importaba, así barría en el solazo, pero ya no pude ir y por eso me atreví a pedir apoyo”.

Rosa Elvia comentó que lo que más le preocupa son sus seis nietos, a quienes considera como sus hijos, ya que los crió desde que nacieron y junto con su esposo Francisco Joel, decidió hacerse cargo de ellos.

QUIEREN TRABAJAR

La abuelita y sus nietos habitan en una casa propia, la cual le dejó su esposo, en la calle Tundras, número 8, de la colonia Tierra Nueva, y asegura que le pesa en su corazón que los pequeños le dicen que quieren salir a trabajar para ayudarla.

“Ellos me dicen: ‘Nana, vamos para la calle y juntamos botes, nosotros te ayudamos’, porque también he juntado botes, cuando ando en la calle y los echo en una bolsa y ya para cuando tengo muchos, voy y los vendo para poder comprar una sopita o algo.

Ellos me dicen que quieren trabajar, pero les digo que no.”

“Ahorita, gracias a Dios, una hija se fue para la casa hogar, porque eran ocho nietos que manteníamos mi esposo y yo, yo le ayudaba, pero se llevó a dos y me quedan seis”, aseveró.

Lo más duro para Rosa Elvia es levantarse en las mañanas y enfrentar la realidad de que su esposo ya no está a su lado, pues siempre fue su sustento en todos los sentidos, pero a pesar de ello, desea superar el dolor en su corazón y seguir viviendo para sus nietecitos.

Mencionó que le gustaría poner su propio negocio de venta de tortillas de harina, pues le salen muy buenas y es un oficio que puede realizar estando cerca de sus nietos.

Muchas gracias a toda la gente porque sí he recibido apoyo, la verdad, y se los agradezco porque es para mis nietecitos. Les mando muchas bendiciones para toda esa gente”

—  Rosa Elvia García Vargas Habitante de Tierra Nueva