“Dame la pelota, yo voy a pitchar”: Recuerdan a ‘Toro’ Valenzuela en su pueblo natal de Etchohuaquila

SONORA.- — “Dame la pelota, yo voy a pitchar” fueron las palabras de Fernando Valenzuela a su primer entrenador, Ignacio Parra Escalante, según asegura Delfina Valenzuela Félix, esposa de este, quien comenta que desde entonces se subió a la loma de lanzamientos y ya no se bajó.

La señora, de 84 años de edad, compartió que aunque Fernando fue un buen jugador en diversas posiciones, el pitcheo era su verdadera pasión y en ello buscó especializarse.

Fue un joven muy dedicado y disciplinado, recordó que empezó su carrera como un pasatiempo, ya que no había muchas opciones de recreación en el poblado de Etchohuaquila.

Ciudad Obregón

Esperan que regrese a la tierra que lo vio nacer

“Aquí vivía, todos lo conocimos, desde chiquito, decía (mi esposo) qué era bien bueno Fernando, que no pensó que fuera a ser bueno, pero fue muy buen pitcher”, indicó.

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Además, mencionó que era muy tranquilo y se diferenciaba de los demás jóvenes porque nunca fue presumido o engreído, ni siquiera cuando alcanzó la fama.

Señaló que cuando “El Toro” regresaba al pueblo, casi no salía de la casa que construyó para sus padres, aunque siempre recibía con agrado a las personas que acudían a saludarlo.

Puntualizó que cuando eran niños, el equipo de su esposo fue a jugar a Navojoa, y fue en ese lugar donde un buscador de talentos vio a Fernando y que meses después, regresaría por él para llevarlo a Yucatán, donde despegaría su carrera.

Da tristeza

La noticia de su fallecimiento le causó gran tristeza y asombro, pues inicialmente pensó que se trataba de un rumor falso, como se había informado hace algunas semanas. Sin embargo, lamentablemente, no fue así.

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Destacó que incluso el pueblo se sintió diferente, ya que normalmente amanecen con música a alto volumen, pero este día no fue así.

“Me siento muy triste y, a la vez, qué vamos a hacer. Ya falleció; ahora solo queda recordarlo”, subrayó.

Manifestó que conserva muchos uniformes, fotos y credenciales de cuando su esposo entrenó a jóvenes, entre las cuales hay pertenencias de “El Toro”, las cuales atesora como grandes recuerdos de él y de su gran amor.