Palabras de aliento
Hablar con una paciente de cáncer de mama requiere sensibilidad y empatía; algunas frases, aunque bien intencionadas, pueden resultar hirientes o poco útiles.
No digas: “¡Mucha suerte en tu travesía!”
Aunque esta frase puede sonar alentadora, puede dar la impresión de que se minimiza la gravedad del cáncer al compararlo con una aventura; en lugar de decir esto, prueba con algo como: “Estoy aquí para ti durante todo este proceso, cuenta conmigo para lo que necesites”; esto reconoce la dificultad del momento y ofrece apoyo concreto.
No digas: “¿Cuáles son tus probabilidades de sobrevivir?”
Preguntar sobre las posibilidades de supervivencia puede ser invasivo y preocupante; en su lugar, permite que la paciente controle el nivel de información que comparte: “Si en algún momento quieres hablar de cómo te sientes, estoy aquí para escucharte”; esta respuesta deja abierta la posibilidad de hablar sin presionar.
No digas: “Tú te lo buscaste”
Culpar a una paciente por su enfermedad, ya sea por su estilo de vida o decisiones pasadas, es sumamente dañino; en vez de hacer este tipo de comentarios, ofrece palabras de apoyo como: “Nadie merece pasar por esto, pero estoy aquí para apoyarte en todo lo que pueda”; evita sentimientos de culpa.
No digas: “Conozco a alguien con tu tipo de cáncer y murió”
Compartir historias negativas sobre otras personas que tuvieron cáncer no es útil y sólo genera miedo; podrías decir: “Conozco a alguien que pasó por algo similar y está muy bien ahora, espero que también tengas un tratamiento efectivo”; este tipo de respuesta ofrece esperanza, sin minimizar la situación.
No digas: “Olvida lo que te dice el médico, deberías probar X, Y o Z”
Sugerir tratamientos alternativos sin base científica puede ser confuso y contraproducente para la paciente; es mejor decir: “Confío en que estás en las mejores manos con tu equipo médico”; esto respalda las decisiones profesionales y brinda tranquilidad a la paciente.
No digas: Nada
El silencio tras el diagnóstico puede hacer que la paciente se sienta abandonada o invisible; es mejor expresar apoyo, aunque no sepas exactamente qué decir.
Algo tan simple como: “Lo siento mucho, estoy aquí para ti”, puede marcar la diferencia; el silencio puede interpretarse como indiferencia, mientras que una muestra de empatía siempre es bienvenida.
No digas: “Todo pasa por una razón”
“Esta frase, aunque bien intencionada, puede minimizar el sufrimiento de la paciente; en lugar de tratar de buscar una razón para el cáncer, intenta decir: “No puedo imaginar lo que estás pasando, pero quiero que sepas que estoy a tu lado”, para validar sus sentimientos sin intentar justificar su dolor.
No digas: “Avísame si puedo hacer algo”
Esta frase, aunque ofrece ayuda, puede poner la carga sobre la paciente para pedir apoyo; en lugar de eso, haz ofertas específicas: “Me gustaría traerte comida el martes, ¿te parece bien?” o “¿Quieres que te acompañe a tu próxima cita médica?” Las acciones concretas son más útiles que las ofertas genéricas.
Fuentes:
Sociedad Norteamericana Contra el Cáncer (ACS)
Organización Mundial de la Salud (OMS)
Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NCI)
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