Tradición milenaria
La gastronomía de los pueblos originarios de Sonora es una celebración de la naturaleza y el ingenio culinario de sus comunidades, destacando ingredientes autóctonos y métodos ancestrales que se adaptan al entorno desértico y costero de la región.
Maíz, frijol, calabaza y chile son pilares de la dieta yaqui, mayo y seri, integrados de maneras innovadoras y en combinaciones equilibradas que aportan sabor y nutrientes esenciales.
Una característica sobresaliente es la variedad de plantas comestibles y medicinales que crecen en el desierto sonorense: en la cocina yaqui, por ejemplo, el uso del maíz se expande más allá de la elaboración de tortillas, siendo ingrediente clave en tamales y atoles que se preparan en ceremonias especiales.
Para los seris, la costa y el mar son fuentes vitales de alimento, con la recolección de moluscos y peces complementada por el aprovechamiento de plantas desérticas como el mezquite y el nopal.
Las técnicas de conservación, como el secado de carnes y el ahumado, también juegan un papel importante, especialmente en comunidades mayos.
Estas prácticas permiten almacenar alimentos durante largos períodos, una habilidad esencial en un clima donde la agricultura puede ser limitada en ciertas estaciones; emplean el nixtamalizado del maíz, que mejora su valor nutritivo y le otorga una textura característica.
Los platillos tradicionales representan un acto de identidad y preservación cultural, mostrando al mismo tiempo el respeto hacia los recursos naturales y el entorno que ha sustentado a estas comunidades por generaciones.
Fuentes:
Fundación Ganfer
Secretaría de Turismo de Sonora
Secretaría de Cultura
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