“Coco”, perro rescatado muere de infarto por pirotecnia en Navojoa
Para algunas familias la Navidad se convierte en una fecha marcada por el estrés y la angustia debido al uso indiscriminado de pirotecnia.
NAVOJOA, Sonora.- “Coco” era un perro criollo rescatado de la calle y criado con mucho cariño por un niño que deseaba tener una mascota, pero la noche del 24 de diciembre murió de un infarto provocado por el estrés a consecuencia del estruendo de la pirotecnia, lamentó Miriam González Zenteno.
La habitante de la colonia Minas de Arena de esta ciudad indicó que rescataron a “Coco” de la calle hace tres años y más que una mascota lo consideraban un miembro más de la familia por lo que sufren su pérdida en una fecha que debería ser de paz y armonía.
Fue un perro rescatado de la calle, fue criado con mucho cariño por un niño que deseaba tener un perro, el perro no sólo era una mascota, era parte de la familia”, enfatizó, “fue en la colonia Minas de Arena, la madrugada del 24 a causa de los cohetes tronados por los vecinos, en su desesperación y miedo le dio un infarto”.
Aunque reconoció que el uso de pirotecnia es parte de la cultura regional, dijo que se debe hacer con responsabilidad, pues cuando afecta a terceros se convierte en un problema.
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PASAN NOCHE DIFÍCIL POR ESTRUENDO DE COHETES EN NAVOJOA
Para muchas familias, la Navidad es un momento de celebración y alegría, pero para otras, se convierte en una fecha marcada por el estrés y la angustia debido al uso indiscriminado de pirotecnia. Es el caso de Oralia Miranda, residente de la colonia Tierra Blanca en Navojoa, cuya hija Laura, de 48 años, padece parálisis cerebral.
Lo que debía ser una noche de paz y armonía se convirtió en momentos de angustia. Mi hija sufrió convulsiones por el estruendo de los cuetes”, lamentó Oralia.
Para ella, el sonido ensordecedor no sólo afectó a Laura, sino que rompió con cualquier intento de disfrutar una velada tranquila, dijo.
“Y es triste ver que son las personas adultas las que están con el uso de los cohetes, que deberían tener un poco más de conciencia y empatía por los demás”, mencionó.
En la colonia Tepeyac, Ana Mendoza, madre de Evelyn, una joven con parálisis cerebral infantil espástica, comparte una preocupación similar. Aunque la Nochebuena fue relativamente tranquila en su sector, Ana teme la llegada de fin de año, cuando el uso de pirotecnia suele intensificarse.
Es muy desesperante estar con la incertidumbre de qué va a pasar, cómo la vamos a hacer. En vez de ser una fecha para estar a gusto, para nosotros es una fecha de agonía, de sufrir junto con nuestros hijos”, expresó con frustración.
La pirotecnia no sólo afecta a personas con trastornos neuronales como el autismo o la parálisis cerebral, sino también a mascotas y adultos mayores, señaló Olga Torres, presidenta de la agrupación Por una Familia Feliz.
Una Navidad o un Año Nuevo sin cohetes podría devolvernos la tranquilidad que tanto anhelamos”, comentó, “si ven un moño morado afuera de los domicilios es para indicar que hay personas con discapacidad susceptibles a los cohetes”.
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