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‘Nearshoring’: ventana de oportunidad

Organismos patronales y consultoras nacionales destacan que México enfrentará en el tema económico un escenario complicado en 2025, pero también de oportunidades que pueden ser capitalizadas a favor.

‘Nearshoring’: ventana de oportunidad

El panorama económico de México se presenta en 2025 en medio de una atmósfera de contrastes, donde las oportunidades y los retos convergen en una trayectoria considerada por organismos empresariales y analistas como compleja, pero prometedora.

A pesar de la desaceleración prevista del producto interno bruto (PIB), que según proyecciones oscilará entre el 0.8% y el 1.2%, el país podría capitalizar tendencias globales como la relocalización de inversiones y la reconfiguración de las cadenas de suministro para impulsar su desarrollo.

En su publicación de proyecciones económicas para 2025, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) destaca que el ‘nearshoring’ representa una oportunidad única para el país en el presente año.

“La atracción de inversiones en sectores clave y la integración de cadenas de valor globales podrían fomentar el crecimiento inclusivo si se implementan políticas públicas que beneficien a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes), que generan el 65% del empleo nacional”, resalta el organismo.

Este fenómeno también podría reforzar el posicionamiento de México como un centro estratégico en sectores de alta tecnología, como la manufactura avanzada y la electrónica, aprovechando su cercanía con Estados Unidos y su red de tratados comerciales.

Aseguran que en cambio, un importante obstáculo radica en la informalidad laboral, que afecta al 54% de las personas ocupadas en el país.

Coparmex propone la formalización de las empresas, lo que permitirá mejorar su competitividad y su acceso a recursos financieros y de mercado, un paso que es esencial para consolidar el potencial del ‘nearshoring’.

“La formalización también tendría un impacto positivo en la seguridad social y el desarrollo profesional de millones de trabajadores, lo que a su vez podría fortalecer la cohesión económica y social del país”, resalta el organismo.

Retos: fiscal y financiero

Un panorama complicado para las finanzas públicas en 2025 es el que proyecta el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), en su análisis sobre las expectativas económicas para el país en este año.

Destacan que la ausencia de una reforma fiscal limitará la capacidad del gobierno para ajustar el gasto, mientras que el endeudamiento podría superar el objetivo del 51.4% del PIB, lo que generaría presiones sobre los programas sociales y las inversiones en infraestructura, que son sectores clave para estimular el crecimiento económico.

“La falta de diversificación de los ingresos públicos sigue siendo un riesgo, especialmente en un contexto de alta dependencia de los recursos energéticos”, resalta el IMEF en su informe “Expectativas económicas ¿qué esperar en 2025?”.

A estos riesgos, agregan, se suma la incertidumbre por el manejo de Petróleos Mexicanos (Pemex), que se ha convertido en un peso grave para las finanzas públicas nacionales, con elevadas deudas y una baja capacidad de generación de ingresos, lo cual podría afectar la estabilidad macroeconómica en el mediano plazo.

Del lado positivo, los ejecutivos del IMEF esperan una disminución gradual en la inflación que podría ubicarse alrededor del 3.8%, lo que podría brindar cierto alivio a hogares y empresas.

Asimismo, la tasa de interés de referencia del Banco de México podría cerrar 2025 en 08%, contribuyendo a una mayor estabilidad monetaria que facilite la planeación económica a nivel empresarial y familiar.

Desafíos regionales

La Coparmex resalta que el desarrollo regional en México será otro eje prioritario en 2025, dada la estrategia del gobierno federal y organismos empresariales que coinciden en la necesidad de crear polos de bienestar, que promuevan el crecimiento equitativo en todo el país.

Expresan que zonas tradicionalmente marginadas, como el Sur-Sureste, podrían beneficiarse de proyectos de infraestructura y programas de inversión que potencien su competitividad, pero la falta de una estrategia integral que conecte las regiones con mayores recursos con aquéllas más rezagadas podría limitar el impacto de estas iniciativas.

Si bien el entorno económico estará influido por problemas estructurales como la inseguridad, la falta de estado de derecho y la competencia limitada en sectores clave como energía y telecomunicaciones, hay buenas proyecciones para el empleo.

“En el ámbito laboral, las expectativas de empleo reflejan una ligera mejora, con una tasa de desocupación proyectada en 3.35% para el cierre del año, a pesar de la percepción de que es un mal momento para realizar inversiones persiste entre los analistas”, destaca el análisis.

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