Pasado y presente se encuentran en Pueblo Viejo
El primer asentamiento de Navojoa encierra la historia y riqueza cultural en márgenes del río Mayo

NAVOJOA.- Pueblo Viejo es el corazón palpitante de la historia de Navojoa, un rincón donde el tiempo parece haberse detenido. Ubicado a orillas del río Mayo, sus calles y edificios antiguos guardan el eco de generaciones que han caminado por sus senderos, dejando huellas imborrables en la memoria de la región, coincidieron historiadores y ciudadanos.
Y es que este lugar, donde se respira la historia y se encuentran las raíces de esta población fue el “primer Navojoa” cuando se fundó en el año de 1614, señaló Javier Félix, historiador local.
El alma de este lugar se encuentra en el templo de San Juan de Dios, una joya arquitectónica con más de 400 años de historia, agregó, aunque no es completamente el original porque una creciente en 1914 tumbó parte del templo.
Sus muros, dijo, han sido testigos del fervor de sus fieles, de oraciones susurradas en el silencio y de historias que se entrelazan con el destino de Navojoa. A pesar de los siglos, su presencia sigue imponente, como un guardián del pasado.
A unos pasos del templo se levanta la plaza de Pueblo Viejo, un sitio que ha sido testigo de risas infantiles, encuentros de enamorados y discursos que resonaron con fuerza en tiempos de cambio, señaló Felipe Gutiérrez Millán.
El historiador agregó que en el quiosco de la plaza, Francisco I. Madero dejó su huella cuando estuvo en dicho lugar en el año de 1910 y en ese entonces gran parte de la población se encontraba aún en Pueblo Viejo.
“Este quiosco (Pueblo Viejo) tiene su historia, en alguna ocasión estuvo el candidato Francisco I. Madero, que fue en enero de 1910 cuando él andaba recorriendo todo el País y estuvo aquí”, añadió.
AL MARGEN DEL RÍO
El río Mayo, con su cauce serpenteante, ha sido la vida misma de Pueblo Viejo. Sus aguas nutrieron campos, saciaron la sed de generaciones y fueron testigos de incontables jornadas de trabajo y esperanza. Sin embargo, su caudal ha disminuido con los años, reflejando los cambios que también han transformado la vida en esta comunidad, señaló Manuel Maldonado.
El rezador mayor del templo de San Juan dijo que Pueblo Viejo no es sólo un sitio en el mapa, es una atmósfera, un susurro del pasado que se entremezcla con el presente.
“Aquí está la historia de Navojoa, sus raíces y gracias a Dios está el templo aún donde se llevan a cabo todas las ceremonias de la etnia, también en la ramada”, apuntó.
Hoy, este tesoro histórico sigue atrayendo visitantes que buscan un vistazo a la esencia de Navojoa. Cada rincón de Pueblo Viejo es un museo al aire libre, un escenario donde la memoria colectiva se mantiene viva a través de las palabras de los ancianos, los vestigios arquitectónicos y las tradiciones que aún persisten.
SUS ATRACTIVOS
Elena Bojórquez, vecina de la colonia Tepeyac manifestó que para ella lo más atractivo del lugar es el templo de San Juan, el parque El Rebote y los márgenes del río Mayo.
“Es un lugar muy bonito que apenas empiezan a ponerle atención, ya se han hecho algunos restaurantes y obras acordes a la infraestructura del lugar, lo único malo es que el río ya está seco”, comentó.
Elizabeth García Rivera, de la colonia Deportiva, consideró que se debe impulsar un proyecto para catalogar a Pueblo Viejo como barrio mágico debido a la gran historia y riqueza cultural que encierra.
“Está muy bonito, deberían impulsarlo para que sea barrio mágico y se le preste más atención a la infraestructura nueva, porque aún conserva esa arquitectura antigua”, recalcó.
Felipe Gutiérrez Millán, historiador, señaló que fue en 1915 cuando se dio el traslado de poderes al nuevo asentamiento de Navojoa, a un lado de la estación del ferrocarril.
“Sobre todo aquí en Pueblo Viejo en un restaurante era la casa de un chino comerciante Chin Chong; y otros lugares históricos se encuentran aquí”.
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