Laguna del Náinari: Ya son 65 años de ser el lugar consentido de los cajemenses
Durante décadas la Laguna del Nainari ha sido el espacio donde acuden a pasear, divertirse, disfrutar de la naturaleza y comer antojitos.
CIUDAD OBREGÓN, Sonora.-Durante décadas la Laguna del Náinari ha sido el lugar favorito para pasear, divertirse, disfrutar de la naturaleza, y comer deliciosos aperitivos de los cajemenses y de personas que visitan el municipio de otras partes del País y también del mundo.
Por sus áreas verdes y grandes andadores que permiten ejercitarse y caminar mientras aprecian la belleza del cuerpo de agua y la gran diversidad de fauna que vive en ella como patos, ardillas, sapos, iguanas, pericos y demás aves, es que diariamente la “Novia de Cajeme” recibe miles de visitas.
Además sus visitantes pueden disfrutar de gran variedad de antojitos como raspados, dulces, frituras, pero lo que más sobresale son los cocos preparados de diversas formas.
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Aunque era un espacio donde el agua se acumulaba de manera natural, sólo era durante las temporadas de lluvia, por eso se delimitó y adecuó el espacio para que durante todo el año tuviera agua.
Fue constituida como lago artificial en el periodo del presidente municipal René Gándara, de 1955 a 1958, en terrenos que pertenecían al general Álvaro Obregón, cuya hacienda Náinari, que aún se conserva, esta al Poniente del lago.
LA FAVORITA DE TODOS
Ignacio Pérez Peinado, coquero del lugar desde hace 20 años, indicó que a la Laguna va muchísima gente y que es el lugar favorito de los cajemenses, sobre todo, los fines de semana.
Cuando él llegó a instalarse al sitio, la Laguna era muy diferente, expresó, ha sido remodelada en diversas ocasiones al gusto de los visitantes.
Con los años ha ido atesorando muchas historias añadió, y han recibido visitas de personas de todas partes del mundo y también personajes de renombre del país como Julio César Chávez y Ana Guevara.
Su comercio ha ido pasando de generación en generación, resaltó, actualmente su puesto es atendido por sus hijos y aunque él los ayuda ya no es el encargado principal.
REVIVEN RECUERDOS
Gilda Cruz García, originaria de Guasave, comentó que acudieron de visita, ya que en Ciudad Obregón nació uno de sus hijos y fueron al lugar a recordar cuando eran más pequeños y los llevaban a pasear.
“Nos parece bonito que le den comida a los patos y las palomas, nos gusta venir por los animalitos, venir a pasearnos, y recordar los tiempos que vivimos aquí, nos gusta”, indicó.
César Jesús Espinoza, visitante, platicó que contemplar la laguna les trae muchos recuerdos de lo que ha vivido en el lugar y cómo ha ido cambiando a través del tiempo continuando siempre como un atractivo muy bonito para todos.
Nos gusta mucho interactuar con los animales, darles de comer, nos gusta como se acercan, los juegos que tiene nos gusta mucho, el trenecito, ahí se paseaban mis hijos, definitivamente es un lugar familiar”, resaltó.
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Andrés Isiordia Bernal, residente de Arizona, explicó que aunque es originario de Obregón tenía 25 años que no visitaba la ciudad, incluida la Laguna del Náinari, a la que volvió para recordar los tiempos que pasó en ella.
Aunque han hecho muchos cambios en esa zona, mencionó, han sido para mejorar y ahora está mucho mejor que antes y vale la pena ir a visitar.
“La gente entraba a pescar, nadaba, recuerdo que no había tantos puestos, eran contados, pasaban los carros por la calle de en medio, ahora es diferente porque es sólo para caminar, para que ande la gente”, señaló.
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