Cuando La Orquesta se burló de Juárez y Díaz
La imagen era escandalosa. Sebastián Lerdo de Tejada, ministro de Relaciones Exteriores, y Benito Juárez, Presidente de México, se besaban en la boca frente a una mujer de rostro adusto que representaba a la "ambición". Era una caricatura que publicó el periódico La Orquesta, el mismo que desafió a Maximiliano y se burló de Porfirio Díaz en el siglo XIX.
Por las páginas de ese bisemanario desfilaron, a manera de caricatura, los personajes más importantes de la política mexicana entre 1861 y 1877. El carácter irreverente de la publicación se mostró desde su primer número, publicado el 1 de marzo y en el que se presentaron así: "Hemos tomado el nombre de orquesta por ver si el supremo gobierno, insensible a las arias y peticiones en recitado, se ablanda a los acordes de una orquesta. La música tiene una influencia incontestable sobre los animales".
La frase representa el estilo mordaz que manejaría la publicación, para Rius "la gran revista de humor del siglo XIX, la única que se opuso críticamente a Juárez, aunque lo apoyó cuando se enfrentó al clero y a la Intervención Francesa. Es el gran ejemplo de prensa comprometida y de una calidad artística de primera clase".
La doctora Esther Acevedo, especialista en caricatura política del siglo XIX, dijo a El Universal que la importancia de La Orquesta radica, primero, en su duración, pues en la época era usual que aparecieran periódicos durante algunos meses sólo para apoyar a algún candidato político.
Además "es uno de los periódicos que está hecho por mexicanos y uno de los primeros en los que la caricatura se va mexicanizando. Se mete con los problemas de la ciudad. No es partidista, no está casada con ningún candidato. Critica a ciertos liberales. Va criticando poco a poco a Juárez. Entre más se quiere colgar él de la Constitución, más lo señalan".
En 16 años de publicación, con algunas interrupciones, La Orquesta criticó lo mismo a los invasores franceses que a Benito Juárez tratando de "clavarse a la silla presidencial", a Lerdo de Tejada siempre "tirándole" a quedarse con la Presidencia e incluso a Porfirio Díaz legislando "con las patas" y "encerrando a la Patria".
Famoso fue el incidente que vivió La Orquesta con el embajador francés Alphonse Dubois de Saligny, célebre por su afición a la bebida. En noviembre 1861 fue borracho a un evento público para provocar a las autoridades mexicanas y Constantino Escalante, el caricaturista estrella, lo retrató metido en una botella de cognac.
También famosa fue la caricatura tras la Batalla del 5 de mayo, en la que Lorencez no entiende por qué sus tropas no avanzan y Escalante los muestra atorados en los magueyes.
Aunque el emperador Maximiliano apenas apareció en unas cuantas caricaturas, y ni siquiera con sus rasgos tan distorsionados, en 1866 ordenó el cierre del periódico por publicar noticias contrarias al Segundo Imperio. La Orquesta desafió dos amonestaciones del gobierno y mantuvo su postura de oposición.
Talentos de la sátira. El espíritu combativo de esta publicación sólo fue el reflejo de sus realizadores. El editor Carlos Casarín, quien usaba el seudónimo del personaje francés Roberto Macario, peleó en la Batalla de Puebla y murió en un duelo de honor. Retó a un ciudadano que se negó a pararse de su asiento cuando se interpretaba el Himno Nacional.
Constantino Escalante fue traído en una jaula desde Real del Monte, en Pachuca, a donde se había retirado con el inicio de la Intervención Francesa. Aunque en esa época La Orquesta no se publicaba, la fama del caricaturista llegó hasta las autoridades francesas. Su vida terminó de manera trágica luego un accidente por el que cayó a las vías del tren tratando de salvar a su esposa.
Otro destacado caricaturista fue Santiago Hernández, "niño héroe" durante la Intervención Estadounidense y quien pintó retratos de sus compañeros cadetes. Una vez que Escalante murió, Hernández asumió el reto de continuar con la crítica mordaz a través de la caricatura.
A él se deben caricaturas de Lerdo de Tejada y Juárez besándose en la boca o bien, vestidos como mujer. La caricatura de "Cada loco con su tema", con Lerdo, Juárez, Díaz y otros ministros enfocados en la Presidencia.
También es satírica una caricatura en la que Napoleón aparece "presumiendo" la Intervención Francesa como si fuera un trofeo, en cuya base está Juan Nepomuceno Almonte, luego Saligny, Lorencez y Forey, seguido por la Batalla del 5 de mayo y coronada por el fusilamiento de Maximiliano. A Lerdo de Tejada solían representarlo como un gato (el gato de Juárez) y al Benemérito como un ser obsesionado con la Presidencia.
Prensa de batalla. Quizás no haya habido otra época de libertad de expresión como la que vivieron los periódicos de esa época. "1861 va a ser un año muy importante para la prensa. Se quita la censura, entonces aparecen 18 periódicos con caricatura en ese año", explicó Acevedo, de los cuales sólo sobrevivió La Orquesta, que se tomó en serio su libertad porque ¿qué otra publicación se atrevería a mostrar vestidos de mujer o besándose a Benito Juárez y Lerdo de Tejada?
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