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El Imparcial / Hermosillo / Apicultura en Sonora

Abejas son un gran regalo de la naturaleza

No sólo brindan la miel, sino que en su diario trabajo, para recolectarla, realizan la importante labor de polinización

Abejas son un gran regalo de la naturaleza

HERMOSILLO, Sonora.- La miel de abeja es un regalo de la naturaleza para la humanidad, y quien la produce es tan noble, que para trabajar no necesita que el hombre le lleve agua o alimento: Sólo hay que respetar su vida.


Pueden construir su panal casi en cualquier parte, a veces en las esquinas de estructuras de cemento o en los brazos de árboles, de ahí las abejas viajan hasta 3 kilómetros a la redonda para obtener el polen entre las plantas.


Los árboles de palo fierro y de mezquite son los preferidos por estos pequeños insectos para construir sus enjambres en Hermosillo, asegura Carlos Grijalva Valenzuela, apicultor que tiene 15 años de trabajar con ellas y está certificado por Sagarpa.


Explica que desde hace tres años colabora con Protección Civil Municipal para retirar enjambres que denuncian los hermosillenses y en ocasiones resultan ser un verdadero tesoro.


Aún recuerda el caso de una familia que reportó un enjambre, eran tantas que ya le habían picado a una pareja, y por este motivo ya era urgente retirarlas.


Cuando llegó al lugar vio que eran muchas y al realizar un recorrido por el patio de la vivienda resultó que se trataba de varios panales, pero que les dieron cuatro cubetas de miel, de 19 litros cada una.


“Una señora tenía un enjambre en una pared”, cuenta, “pero fue una persona equis e hizo el agujero más grande y dijo que no podía (retirarlas). De ahí le sacamos como seis cajones de abejas y como cuatro cubetas de miel”, relata.


Cada cubeta de miel tiene un costo de al menos mil 500 pesos, pero don Carlos decidió compartir ese manjar de la naturaleza con quienes hospedaron de manera involuntaria a estos insectos.


En su hogar tiene varios cajones de madera con bastidores que él ha cubierto con la misma cera de las abejas para que los estos insectos hagan de ese cubo su hogar.


Indicó que de marzo a octubre es la temporada de las abejas en la capital sonorense y es cuando más reciben los reportes de colmenas que él acude a capturar.


Después las lleva a su casa para reunir al menos cinco cajas con abejas, las coloca en su techo y las traslada  a campos fuera de la ciudad para que continúen con la polinización de las plantas.


PROCESO ORGÁNICO


El proceso que utiliza don Carlos para extraer la miel de los panales es muy orgánico, coloca los panales llenos del dulce de color ámbar para que destile hacia una bandeja y de ahí lo que sale lo coloca en otros recipientes que tienen un filtro para que caiga la miel.


Por último el producto es  guardado en frascos de vidrio y lo que resulta curioso  es que cada miel embotellada luce de un color diferente, esto, señala don Carlos, se debe a que la miel recolectada procede de flores de distintos árboles.


El trabajo de apicultor le ha dado varias satisfacciones, entre ellas haber dado una educación profesional a sus tres hijos; una de ellas es doctora y está en la línea de batalla contra el coronavirus.


SE LES DEBE DE CUIDAR


Las abejas son un organismo esencial para el desarrollo del medio ambiente, además de que es una fuente importante de empleo, y las comunidades deben de apoyar a estos insectos en especial en Sonora donde las abejas no son agresivas y se puede convivir con ellas.


Por ello el Eartwatch Insitute las declaró como el ser vivo más importante del planeta.


Maribel Pallanez Murrieta, profesora investigadora de la licenciatura en ecología de la Universidad Estatal de Sonora, explica  que fue en el año del 2018 cuando la Organización de Naciones Unidas puso la agenda el Día Mundial de las Abejas para que se conmemore cada 20 de mayo.


“Es un recordatorio y un levantamiento a la conciencia de la importancia de estos insectos que son polinizadores por excelencia, aunque hay que decir otros polinizadores también dentro de la naturaleza y digamos que las abejas son las más conocidas y es una celebración a los polinizadores del mundo”, comenta.
Las abejas más conocidas son las que generan la miel, pero no todas son mielíferas ni todas son de color amarillo con negro, hay insectos polinizadores que son muy pequeños de color oscuro y otras son del tamaño de un mosco.
Trabajar la miel de abeja genera 100 mil empleos al año en México y en el mundo son millones de trabajos.
A pesar de todo el bien que generan estos insectos los procesos del hombre se han convertido en su peor enemigo, al sembrar en extensos terrenos monocultivos y restarles la variedad de plantas con las que ellas subsisten.


PELIGRO DE EXTINCIÓN
El uso de plaguicidas, pesticidas y el miedo de la población hacia ellas son otros factores que las dañan porque hay la idea de que son agresivas porque pican, creencia que es no es todo cierta, asegura Pallanez Murrieta.


La abeja sonorense puede convivir a una distancia considerable con el ser humano y no ataca mientras no se le moleste, incluso se le puede ayudar al colocarle plantas como albahaca y manzanilla; las abejas de ahí pueden obtener su néctar para sobrevivir.


“La abeja nativa no es un organismo agresivo, puede convivir perfectamente y está muy bien adaptada a las zonas urbanas”, asegura.


Para ayudar a esos animalitos la investigadora invita a la comunidad interesada a buscar información en Youtube sobre los “hoteles para abejas” para saber cómo ayudarlas en un intento por evitar su extinción.
En Hermosillo se colocó un área para polinizadores en el Centro Ecológico para apoyar a las abejas y en el mundo se realizan diferentes esfuerzos para que haya respeto a estos polinizadores por excelencia.


Carlos Grijalva Valenzuela, apicultor con 15 años de experiencia, muestra un bastidor de panal de abeja.
 

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