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Entre duendes y hadas

Entre duendes y hadas

“Desde que compré el troll (duende), me fue muy bien económicamente”, aseguró el profesor Gabino Medina, a quien su creencia y su fe por los duendes hizo que cambiara su vida por completo.



Desde siempre, el profesor Gabino había escuchado anécdotas sobre duendes, sobre lo que hacen y cómo se comportan, pero jamás se imaginó que uno de ellos le daría un giro de 360 grados a su vida, hace 18 años.



“Yo trabajaba en la Secretaría de Educación, ya me jubilé, pero hace como unos 18 años iba yo pasando por el Zócalo (Ciudad de México), entre la Catedral y el Palacio Nacional y dije: ‘Voy a comprarles unas cositas a mis hijos’.



“Cuando una señora me dijo que le comprara un troll, y le pregunté que sí qué era eso, y me explicó que era un duende y que había de diferentes tipos, y me dijo que le comprara porque me iba a ir bien”, recordó.



Fue cuando el padre de cuatro hijos, y ahora con 10 nietos, decidió escoger el ‘Troll del Dinero’, mismo que según le mencionó en aquel entonces la vendedora, servía para atraer fortuna y dinero, aunque el profesor confesó que no le tenía fe.



“Entonces le empecé a dar lo que me dijo la señora, sus semillas de girasol, su copita de vino tinto y lo puse en un lugar donde nada más yo lo tocaba, y me empezó a dar y me empezó a dar dinero, y no me ha dejado de dar gracias a Dios… y al duende.



“Yo nomás tenía una casa hace 18 años, pero los duendes me empezaron a hacer que me rindiera el dinero el doble, el triple, el cuádruple… el mismo duende que aún tengo en la casa”, recalcó.



Les pone casa



En agradecimiento a los duendes, el “Profe” Gabino, como lo conocen algunos, hace cinco años adquirió una propiedad ubicada en el Centro Histórico de Hermosillo, a la que restauró casi el 100% y la bautizó como “La Casa de Los Duendes”.



En ella habitan más de 60 tipos, entre duendes y hadas que el profesor colecciona, y otros tantos que también vende, junto con otras colecciones como monedas antiguas de México y de diferentes países, así como también fotografías antiguas de personajes sobresalientes.



“Compré esta casa, la empezamos a arreglar y desde un principio le dije a mi mujer que esta casa se iba a llamar “La Casa de Los Duendes”, porque gracias a ellos hemos avanzado económicamente.



“Yo a la gente le platico la historia mía, ya ellos sabrán si la creen o no. Aquí en la casa los tengo por todos lados, unos hasta los tengo escondidos atrás de los árboles, porque así les gusta”, agregó.

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