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El Imparcial / Hermosillo / VIH/Sida

Fue Rivera Torres de las primeras doctoras en atender a pacientes con VIH en Hermosillo

Fue el deseo de poder ayudarlos lo que la llevó a buscar un espacio dentro de la Salud Pública.

HERMOSILLO, Sonora.- María Elena Rivera Torres fue de las primeras doctoras generales en atender pacientes con VIH en Hermosillo y fue el deseo de poder ayudarlos lo que la llevó a buscar un espacio dentro de la Salud Pública.

“En los años 80 en la unidad de salud teníamos pacientes con VIH y lepra y fueron ellos el motivo por el cual me fui a la Salud Pública, porque ninguno de los otros médicos quería tratarlos y tenían que esperar hasta que llegará el epidemiólogo para recibir atención, pero los especialistas a veces hacían visitas fuera de la unidad de salud y duraban horas.

En ese tiempo, a finales de los 80 y principios de los 90, lamentablemente nadie los quería tratar, nadie les quería hacer curaciones por la estigmatización que se tiene del VIH y que en esa época era muchísimo más que ahora, incluso personal de salud me decía, ‘no te da miedo atenderlos, si tienes niños chiquitos’”, recordó la doctora.

No obstante, ella siempre supo cuáles eran las vías de contagio de esta enfermedad y jamás tuvo miedo de atender un paciente con VIH, pues la información y la empatía fueron sus más grandes fortalezas en este proceso.

“Yo les decía que no me daba miedo porque sólo les haría las curaciones a los pacientes, no iba a tener relaciones con ellos, no iba a llevar a mis niños, no iba a haber contacto de fluidos o sangre, entonces no tenía por qué contagiarme.

Yo conocía la información de las vías de contagio porque la busqué y sabía yo que no me iba a enfermar por dar consulta, por una curación, o por comer con un paciente de VIH y sentía una empatía y responsabilidad con ellos, porque por eso somos médicos, para ayudar y tratar a las personas”, expuso.

Durante las casi dos décadas que trabajo con pacientes con VIH, la ahora docente de la Universidad de Sonora recuerda que la desinformación era uno de los grandes enemigos tanto para los pacientes, como para el personal médico que los atendía.

Algo que me impactaba mucho era que el VIH, en ese tiempo, era casi casi una sentencia de muerte, ya que los retrovirales no estaban como hoy en día, no había mucha información, ni mucho medicamento para poder salvarlo”.

Por ello, ahora la especialista en medicina general intenta enseñar a sus alumnos la importancia de la atención integral de los enfermos, para que más que curar, busquen educarlos y enseñarles como tener mejores estilos de vida.

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