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El Imparcial / Hermosillo / notamigracion

Quiere Comunidad Down generar ambiente de igualdad

Un lugar donde los pequeños, jóvenes y adultos con Síndrome de Down encuentran un ambiente de apoyo y aprendizaje para ser autosuficientes es en Comunidad Down Siglo XXI I.A.P., además se pretende cambiar las actitudes socioculturales, educativas, laborales y legales para generar un ambiente de igualdad.



Fue en el 2001 cuando se constituyó oficialmente esta institución al reunirse un grupo de padres preocupados por el futuro de sus hijos, con el fin de buscar más alternativas para apoyarlos y lograr una mejor aceptación e integración a la sociedad en todos los ámbitos.



“No quisimos ponerle asociación o agrupación, quisimos buscar un nombre que tuviera más contenido y pensamos que comunidad te engloba a ti, a mí, a la familia, al vecino, al empresario, con el ánimo de que el sentido de comunidad realmente fuera a favor de ellos en la integración”, explicó Luis Carlos Martínez García, presidente del consejo directivo.



Cuentan con un padrón de 340 personas registradas a quienes les han ayudado con algún servicio, ya sea permanente, parcial, de consulta, asesoría o información, de los cuales 20 se encuentran inscritos en la escuela de la institución.



En Hermosillo existen aproximadamente 700 personas con Síndrome de Down de diferentes edades, según información recabada en diferentes instituciones y hospitales, ya que el Inegi engloba todas las discapacidades y no especifica.



“Tenemos convenio con algunos hospitales donde damos asesoría a los padres con hijos que presentan este trastorno genético y periódicamente tratamos de hacer ciclos de conferencias, al menos dos veces al año de temas relacionados”, indicó Martínez García.



Se cuentan con diversas formas de apoyar a los padres y familiares de personas con el trastorno, el principal programa que manejan es el de educación especial individualizada donde se les da una enseñanza especializada a cada niño o joven.



Las clases que se manejan en este programa son de terapia de lenguaje, método de lectoescritura, programa multidisciplinario especial de matemáticas, ciencias naturales, conocimiento del medio y deportes.



Se imparten talleres de computación, cocina, dibujo y pintura, expresión corporal y baile con el objetivo de generar experiencias básicas que contribuyan a introducir al niño o joven al mundo laboral, desarrollar habilidades técnicas y sociales, motoras, lingüísticas, cognitivas y sociales.



“En los talleres fabrican muchas cosas, cuadros, pinturas y hornean galletas, las cuales envolvemos para venderlas y obtener un poco de recursos para la compra de más materiales que se necesitan en la escuela”, comentó.



La institución está pasando por una escasez, principalmente económica, por lo que solicita donaciones, además del apoyo de voluntarios que se acerquen para convivir con los pequeños y fomentar con ellos sus relaciones interpersonales.



Además necesitan de un programa de becas totales y parciales para apoyar a los niños y jóvenes en una situación económica crítica, con el fin de favorecer su educación y que puedan llegar a ser autosuficientes. Son muy expresivos: Maestra Ana



Una de las maestras en la escuela desde hace dos años de Comunidad Down Siglo XXI, expresó que nunca había enseñado en un grupo de puros estudiantes que tuvieran Síndrome de Down, ya que había laborado con grupos de niños con trastornos diversos.



Para Ana Noriega Nieblas lo que más le ha gustado de convivir con ellos ha sido su forma de ser, porque son unas personas muy educadas, tranquilas, responsables, ordenadas y sobre todo expresivas, demuestran siempre su cariño.



Ella imparte clases de Matemáticas y Español, nada más que con adecuaciones para cada uno de los pequeños, ya que cada uno tiene su nivel y se programa la enseñanza de cada quien, con el fin de personalizarla.



“Hacemos planeaciones según las necesidades de los niños, porque cada uno tiene su nivel, a veces hacemos grupos de dos o tres personas, pero aun así especificamos individualmente”, comentó Noriega Nieblas.



Varias son las anécdotas que se vive a diario en la institución, indicó que la mayoría son divertidas aunque también hay tristes, pero siempre se aprende algo nuevo, alguna ocurrencia de los niños o sus travesuras.



Una niña que siempre tomaba la pasta de dientes de los demás cada vez que se cepillaba, un día tomó la de otro niño que se molestó mucho, le quitó la pasta y en un papel escribió el nombre comercial del producto, para que ella lo mandara a los padres de la menor.



“Nosotros cuando tenemos un recado que mandar, hacemos un papelito y se los damos a sus papás, el niño lo hizo porque sabía que ella no tenía que tomar su pasta y estuvo muy al pendiente de que se lo diéramos a los padres de la niña”, recordó.

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