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Las mayores tormentas solares de la historia

Las mayores tormentas solares de la historia

La mayor tormenta solar que afectó a la Tierra ocurrió el 1 de septiembre de 1859.

El astrónomo Richard Carrington tenía su observatorio a las afueras de Londres y observaba lo que describió como “dos parches de luz intensamente brillantes y negros”.



Sin saberlo había presenciado la mayor erupción solar de la que se tiene constancia.

Se prolongó durante cinco minutos,

pero en cuestión de horas su impacto se sentiría por todo el planeta.



Un día después, los tripulantes de la embarcación

“Southern Cross”

, un veloz clíper de tres mástiles y 170 pies, que se enfrentaba a un importante temporal frente a las costas de Chile, pensaron que estaban navegando sobre un océano de sangre.

Al levantar la vista observaron que todo el cielo estaba bañado de rojo.



Se trataba de una aurora austral, un fenómeno nada frecuente en la latitud en la que se encontraba el navío.



Además, el fenómeno provocó el fallo de los sistemas de telégrafo en toda Europa y América del Norte. Se vieron intensas cortinas de luz, desde Maine hasta Florida. Incluso en Cuba los capitanes de barco registraron en los cuadernos de bitácora la aparición de luces cobrizas cerca del cenit.



Si el evento no tuvo consecuencias desastrosas fue debido a que nuestra tecnológica todavía estaba dando sus primeros pasos. Si una tormenta solar de esas dimesiones se produjese en nuestros días los satélites artificiales dejarían de funcionar, las comunicaciones de radio se interrumpirían y los apagones eléctricos tendrían proporciones continentales y los servicios quedarían interrumpidos durante semanas.



En 1921 la red de telégrafos de Missisipi se cayó, además la Estación Central de Ferrocarril de Nueva Inglaterra fue destruida por el fuego de otra tormenta solar.



En 1942 otro fenómeno similar provocó interrupciones de radar durante la segunda guerra mundial.



En 1972 una ráfaga solar interrumpió las comunicaciones telefónicas; este hecho motivó que la compañóa AT&T rediseñara su sistema de energía.



En 1989 hubo un apagón en Quebec, Canadá, que dejó a seis millones de personas sin energía eléctrica por nueve horas, además se registró la quema de transformadores en New Jersey.



En el 2000 ocurrió el evento de la Bastilla, una tormenta geomagnética que causó corto circuito en algunos satélites e interrupciones en radiocomunicaciones.



En 2003 la

“Tormenta de Halloween”,

una serie de ráfagas solares y eyecciones de masa coronal, provocó interrupciones en las telecomunicaciones, se observaron auroras boreales en el sur de Texas y países del Mediterráneo, aunando a apagones en Suecia. Se emitieron alertas a las compañías de aviación para evitar volar en altas latitudes.



En 2006 una ráfaga solar interrumpió comunicaciones satelitales y señales de navegación de GPS por 10 minutos. La intensa ráfaga dañó al satélite GOES 13, que registraba la actividad del Sol.

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