Ariosto Manrique Moreno

Vivimos un cambio de época. Las formas tradicionales de emprender están siendo desafiadas por una nueva figura: el solopreneur, o emprendedor en solitario.

México es feliz, sí. Pero no por casualidad. Es feliz porque hay algo que no hemos perdido del todo.

Quienes nacimos entre 1975 y 1995 pertenecemos a una generación excepcional. No es exageración: somos el punto medio entre el mundo analógico y el digital.

“El problema del wokismo es que te obliga a tomar decisiones basadas en criterios políticos en lugar de criterios objetivos y sostenibles.”

“No somos una generación atrapada entre dos mundos, sino una generación puente con el conocimiento para construir el futuro.”

“Las predicciones pueden darnos una guía, pero al final, el futuro lo escribimos nosotros”.

“La caída de la cultura woke no significa que dejemos de luchar por la justicia social”.

“Baja California tiene todo para convertirse en un referente nacional del emprendimiento”.

“El emprendedor mexicano no necesita organismos empresariales decorativos ni liderazgos al vapor”.

“Los datos son solo un punto de partida, el reto está en qué hacemos con ellos”.

Esta es la fórmula: menos intervención y más trabajo en equipo con los demás actores como las universidades y el sector privado organizado.

“La educación universitaria está sobrevalorada y no es necesaria para el éxito”. Elon Musk.

Tijuana no necesita un alcalde tibio; necesita a un líder valiente que se atreva a romper los moldes.

No me gustan las etiquetas, pero para efectos de esta columna pública inicio con una esperando que se entienda en el contexto de esta.

El lanzamiento de Startups Baja nos pone el ejemplo de cómo la colaboración entre sectores puede fortalecer el ecosistema emprendedor de una región.