NASA: buscan dejar a un lado los problemas de los viajes espaciales largos
Los científicos esperan encontrar una solución pronto para avanzar con los planes de regresar a los humanos a la Luna y luego viajar a Marte.
La vida en el espacio y posibles viajes interestelares son temas cada vez más frecuentes, por lo que miembros de la tripulación a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI) realizaron estudios para saber cómo la microgravedad afecta las arterias humanas, la percepción del movimiento y el sueño, señala el portal de la NASA.
La información que obtuvieron de esta investigación será usada para el programa Artemis, de la NASA, que pretende regresar a la humanidad a la Luna y después a Marte en los próximos años, indica Heraldo de México.
¿Qué es lo que descubrieron los astronautas?
Cuando los astronautas regresan a la Tierra, sus arterias carótidas a menudo parecen haber envejecido más allá del tiempo que pasaron en órbita, lo cual podría generar un riesgo cardiovascular a largo plazo y las sesiones diarias de ejercicio pueden resultar insuficientes para contrarrestarlo. La meta de las pruebas es dar un método para evitar este daño en estancias espaciales a largo plazo.
Otro problema de los viajeros espaciales es que mientras están en la estación espacial, los miembros de la tripulación también experimentan falta de sueño, ritmos circadianos interrumpidos y estrés, lo que puede afectar su percepción del tiempo.
A su vez, la tripulación tiene que lidiar con una serie de zonas horarias diferentes, incluido el tiempo medio de Greenwich, Houston y Moscú. Pero la percepción del tiempo es fundamental para la percepción del movimiento, la localización del sonido, el habla y la coordinación motora fina. La percepción alterada podría afectar la seguridad y el funcionamiento dentro de la estación.
La otra investigación se basa en cuantificar los cambios subjetivos en la percepción del tiempo de los humanos durante y después de permanecer en microgravedad por períodos prolongados. Para evitar esto desarrollaron la diadema Dry-EEG, para monitorear la calidad del sueño de los astronautas durante vuelos espaciales de larga duración.