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Según un estudio : Los cerebros de los adolescentes envejecieron más rápido durante el primer año de la pandemia

Existe la posibilidad de que sus cambios cerebrales hayan sido solo una respuesta inmediata a un factor estresante

Un grupo de investigadores comenzaron una estudio en el cual trata sobre los cerebros de los adolescentes que envejecieron más rápido durante el primer año de la pandemia.

En esa investigación los jóvenes que participaron en el estudio también presentaron síntomas más graves de ansiedad, depresión y lo que los científicos llaman problemas internalizados, es decir, sentimientos de tristeza, baja autoestima y miedo y problemas para regular sus emociones, después del primer año de la pandemia.

Son una docenas de estudios donde han encontrado que la salud mental de los adolescentes se ha visto afectada durante la pandemia. La modalidad de la escuela se convirtió de manera virtual , lejos de sus amistades y han tenido que vivir con el miedo del coronavirus.

Muchos padres perdieron sus trabajos. Millones de niños perdieron a sus padres y abuelos por el Covid-19.

El estudio, publicado el jueves en la revista Biological Psychiatry: Global Open Science, es uno de los primeros en observar los cambios físicos en el cerebro provocados por el estrés y la ansiedad.

Esta investigación nace de un estudio más amplio ya en ese momento los científicos intentaban comprender las diferencias de género en la depresión entre los adolescentes.

Por otra parte hace ocho años, emprendieron un plan para realizar resonancias magnéticas a 220 niños de 9 a 13 años cada dos años. Los investigadores había completado dos conjuntos de escaneos cuando la pandemia interrumpió su investigación y no pudieron comenzar a escanear nuevamente hasta fines de 2020, comentó CNN.

Cuando se interrumpió su investigación por la pandemia , el equipo decidió que sería interesante estudiar los efectos que este evento estresante estaba teniendo en los cerebros en desarrollo de los niños. Los escaneos previos a la pandemia los ayudarían a hacer esta comparación.

Los investigadores nivelaron a niños en la misma demografía, incluido el género, la edad, la exposición al estrés y el nivel socioeconómico.

Para encontrar la edad promedio del cerebro, sometieron las resonancias magnéticas a un modelo que agrupa datos de otras exploraciones.

Los investigadores compararon las resonancias magnéticas de 128 niños y la mitad de los escaneos se tomaron antes de la pandemia y la otra mitad a fines de 2020.

Entre las diferencias descubrieron que los niños que habían vivido el primer año de la pandemia tenían edades cerebrales mayores que su edad cronológica.

En los cerebros analizados encontraron que los que habían pasado por el comienzo de la pandemia tuvieron un crecimiento en el área que puede ayudar a regular el miedo y el estrés, llamada amígdala, y en el hipocampo, el área del cerebro que puede controlar el acceso a los recuerdos. Los tejidos se habían adelgazado en la parte del cerebro que controla el funcionamiento ejecutivo, la corteza.

El cerebro de un niño cambia naturalmente con el tiempo, pero la investigación ha encontrado que estos cambios físicos pueden acelerarse cuando una persona atraviesa una adversidad significativa en la infancia.

Los estudios han demostrado que las personas que están expuestas a la violencia, el abandono, la pobreza y los problemas familiares en una etapa temprana de la vida tienen un envejecimiento cerebral más rápido .

Ian Gotlib, autor principal del nuevo estudio, dijo que el equipo de investigación esperaba encontrar los problemas de ansiedad, depresión y problemas internalizados. “La pandemia no ha sido amable con la salud mental de los adolescentes”, dijo Gotlib, profesor de psicología en la Universidad de Stanford.

Pero no estaban exactamente seguros de lo que encontrarían con las resonancias magnéticas.

“Siempre es interesante hacer una investigación como esta cuando no estás realmente seguro de lo que va a pasar”, dijo Gotlib. “Estos efectos fueron interesantes y ocurrieron bastante rápido.

“Este fue solo un cierre de un año, por lo que no sabíamos que los efectos en el cerebro serían tan pronunciados después de ese breve período de estrés”, agregó. “Se rastrea con las dificultades de salud mental que estamos viendo”.

Lo que no está claro, dijo, es si los cambios en el cerebro tendrán un impacto más adelante en la vida. El equipo de investigación planea escanear a los mismos niños más tarde para seguir el desarrollo de su cerebro.

Existe la posibilidad de que sus cambios cerebrales hayan sido solo una respuesta inmediata a un factor estresante que se normalizará con el tiempo, dijo.

El equipo también planea observar a los 10 niños del estudio que tenían covid-19 para ver si hay un efecto diferente. Las diferencias físicas parecen ser “un poco más pronunciadas” en los niños que tenían covid, dijo Gotlib.

El Dr. Max Wiznitzer, jefe de derivación de neurología pediátrica en UH Rainbow Babies & Children's Hospital, dijo que los cambios en el cerebro eran interesantes, pero lo importante es si los problemas de salud mental persisten.

“La anatomía no es importante. Lo importante es la funcionalidad”, dijo Wiznitzer, que no participó en la investigación. “La consecuencia clínica aquí es el impacto funcional, la condición de salud mental clínicamente y cómo funciona y cómo se maneja”.

Con intervenciones de salud mental apropiadas, se pueden manejar problemas como la ansiedad o la depresión. “El cerebro tiene esa capacidad de reorganización, agregó Wiznitzer.

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