El Imparcial / Tecnología / Animales

¿Lo conocias?: Este el Pavo Ocelado

El Pavo Ocelado es una especie endémica de México, Belice y Guatemala, con una distribución que abarca desde el este de Tabasco hacia Campeche, Yucatán y Quintana Roo

A lo largo de la República Mexicana hay una gran diversidad de flora y fauna, en ella podemos encontrar animales sorprendentes, por ejemplo el caso de esta ave llamada Pavo ocelado.

Según la Revista Arqueología Mexicana, el Pavo Ocelado es una especie endémica de México, Belice y Guatemala, con una distribución que abarca desde el este de Tabasco hacia Campeche, Yucatán y Quintana Roo. También se encuentra en el noroeste y oeste-central de Belice, así como en todo el norte de Guatemala. Este ave prefiere hábitats bajos, ubicándose a altitudes inferiores a 500 metros sobre el nivel del mar.

La alimentación principal del Pavo Ocelado incluye semillas, retoños, hojas, bulbos e invertebrados. Por lo general, construye sus nidos en pastos altos y arbustos, depositando entre 8 y 15 huevos. La incubación dura aproximadamente 28 días; al eclosionar, las crías abandonan el nido y son cuidadas por su madre hasta alcanzar la madurez.

A diferencia de su pariente el guajolote doméstico, el pavo ocelado se distingue por sus colores llamativos. El macho exhibe una cabeza desnuda de un azul radiante con verrugas anaranjadas sobre la coronilla, mientras que la hembra presenta un tono azul menos intenso. Además, su plumaje es iridiscente, con tonos verdosos y bronceados azulados.

En un dato curioso mencionado en el artículo de la Revista Arqueología Mexicana, se destaca que en la arqueología maya, los restos de guajolote, el cual incluye al pavo ocelado, aparecen desde el Preclásico en contextos ceremoniales y domésticos.

Aunque la identificación a nivel de género (Meleagris sp.) se complica debido a la similitud esquelética entre el guajolote doméstico y el ocelado, se han identificado restos del pavo ocelado en sitios como Chichén Itzá, Mayapán, Dzibilchaltún, Palenque y Cozumel. Es interesante señalar que, en estos dos últimos asentamientos donde la especie no se distribuye naturalmente, se cree que llegaron como parte de las redes de intercambio regional.

Con información de Revista Arqueología Mexicana

Temas relacionados