Diferencias entre Chernóbil y Hiroshima: ¿Por qué una zona es habitable y la otra no?

El contraste entre la Zona de Exclusión de Chernóbil y la ciudad reconstruida de Hiroshima ha suscitado interrogantes sobre las consecuencias de los incidentes nucleares. A pesar de ambos haber sido afectados por la liberación de energía del núcleo atómico, sus destinos divergentes tienen raíces profundas en la física nuclear y las circunstancias de cada incidente.

Chernóbil, marcado por la explosión del reactor en 1986, sigue siendo inhabitable debido a la extrema radiación que persistirá por los próximos 20 mil años. Por el contrario, Hiroshima, a pesar de la devastación causada por la bomba nuclear en 1945, es una ciudad habitable hoy con más de un millón de residentes.

La diferencia clave radica en la cantidad y naturaleza de los materiales radiactivos implicados en cada evento. Mientras que Chernóbil involucró más de 180 toneladas de combustible altamente radiactivo dispersado por la región, la bomba de Hiroshima tenía solo 63 kilogramos, unas 3 mil veces menos. Además, la eficiencia en la generación de reacciones nucleares en Chernóbil fue más significativa, dispersando elementos con vidas medias de décadas, como el cesio-137, mientras que los elementos radiactivos en Hiroshima tenían vidas medias más cortas.

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La manera en que se dispersaron los materiales radiactivos también influyó en los resultados. La explosión en Hiroshima ocurrió en el aire, dispersando los desechos por la atmósfera, mientras que en Chernóbil, la reacción nuclear tuvo lugar a nivel del suelo, interactuando con la tierra y volviéndola activa.

Estos factores, que incluyen la cantidad y tipo de material radiactivo, la eficiencia en la generación de reacciones nucleares y la forma en que se dispersaron los desechos, han definido la viabilidad de estas regiones para la habitación humana. El contraste entre Chernóbil y Hiroshima ofrece una perspectiva esclarecedora sobre los efectos y las complejidades de los desastres nucleares.