La contaminación del aire puede desencadenar estrés y depresión
Aumenta la probabilidad de muerte por enfermedades cardiovasculares en adultos menores de 65 años.
Un análisis basado en datos de salud de más de 315 millones de personas en Estados Unidos ha demostrado que la contaminación del aire está vinculada a problemas de salud mental, como el estrés y la depresión, lo que aumenta la probabilidad de muerte por enfermedades cardiovasculares en adultos menores de 65 años.
El estudio, liderado por investigadores del Hospital General de Massachusetts y la Facultad de Medicina de Harvard en Boston, fue presentado en el congreso de la Sociedad Europea de Cardiología en Atenas.
“Los resultados de nuestro estudio indican que la calidad del aire que respiramos tiene un impacto en nuestro bienestar mental, el cual afecta directamente nuestra salud cardíaca”, destacó Shady Abohashem, autor principal e investigador de Harvard.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica causó 4,2 millones de muertes prematuras en todo el mundo en 2019. Además, se ha observado que los trastornos mentales también están relacionados con una muerte prematura.
El objetivo del estudio fue examinar la posible interrelación entre la contaminación atmosférica, la mala salud mental y su impacto combinado en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
Para esto, los investigadores se enfocaron en las partículas PM2,5, las cuales tienen un diámetro de 2,5 micrómetros y representan un riesgo significativo para la salud, ya que se generan en los escapes de los vehículos, la combustión de centrales eléctricas y la quema de madera.
Además de analizar los niveles de PM2,5 en más de 3.000 condados utilizando datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), también recopilaron información sobre la prevalencia de problemas de salud mental en esos condados.
Los resultados revelaron que los condados con mayores concentraciones de PM2,5 tenían un 10% más de probabilidades de reportar niveles más bajos de salud mental. Esta asociación fue aún más marcada en condados con altos niveles de población minoritaria o pobreza.
Además, se encontró una relación significativa entre la salud mental y la mortalidad prematura por enfermedades cardiovasculares, especialmente en áreas con altos niveles de contaminación atmosférica. En estos lugares, los problemas de salud mental se asociaron con un riesgo tres veces mayor de muerte prematura por enfermedades cardiovasculares en comparación con áreas con niveles más bajos de salud mental.
Abohashem subrayó la importancia de abordar tanto la calidad del aire como la salud mental en las estrategias de salud pública para proteger la salud cardiovascular.
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