Telescopio James Webb capta nebulosa ‘Cabeza de Caballo’ con nivel de detalle nunca antes visto
La nebulosa se encuentra en una región de “fotodisociación”, donde la luz ultravioleta proveniente de estrellas jóvenes y masivas crea una zona cálida y neutral de gas y polvo.
El telescopio espacial James Webb ha capturado imágenes de la famosa nebulosa “Cabeza de Caballo”, una masa de gas frío ubicada a unos 1.300 años luz de distancia de la Tierra, con una nitidez y resolución sin precedentes.
Estas observaciones han revelado una nueva perspectiva de esta nebulosa, permitiendo apreciar toda su complejidad bajo una luz completamente diferente, según informaron la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA), quienes son responsables del telescopio.
La nebulosa “Cabeza de Caballo”, también conocida como Barnard 33, se formó a partir del colapso de una nube interestelar de materia, emergiendo de turbulentas ondas de polvo y gas. Se ilumina gracias a una estrella caliente en sus cercanías.
Aunque las nubes de gas que rodeaban esta nebulosa se han dispersado, el pilar que se eleva está compuesto por densos conglomerados de material más resistente a la erosión. Los astrónomos estiman que le quedan unos cinco millones de años antes de desintegrarse por completo.
La nebulosa se encuentra en una región de “fotodisociación”, donde la luz ultravioleta proveniente de estrellas jóvenes y masivas crea una zona cálida y neutral de gas y polvo. Esta radiación ultravioleta tiene un gran impacto en la química del gas en estas áreas, actuando como la principal fuente de calor.
Estas regiones se forman donde el gas interestelar es lo suficientemente denso como para permanecer neutro, pero no tanto como para evitar que la luz ultravioleta de estrellas masivas penetre. La luz emitida por la “fotodisociación” ofrece una oportunidad única para estudiar los procesos físicos y químicos que impulsan la evolución de la materia interestelar en todo el Universo.
Debido a su proximidad y su geometría, la nebulosa “Cabeza de Caballo” es un objetivo ideal para estudiar las estructuras físicas y la evolución química del gas y el polvo en sus entornos respectivos, así como las regiones de transición entre ellos.
Los astrónomos consideran que esta nebulosa es uno de los mejores objetos celestes para investigar cómo interactúa la radiación con la materia interestelar.
Los investigadores planean examinar los datos espectroscópicos obtenidos de la nebulosa para comprender mejor la evolución de las propiedades físicas y químicas del material a lo largo de ella.