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Encuentran megaestructura de chorros cósmicos que miden lo que 140 vías lácteas

Las observaciones realizadas con el radiotelescopio europeo LOFAR han permitido a los científicos hacer un descubrimiento sorprendente

Las observaciones realizadas con el radiotelescopio europeo LOFAR han permitido a los científicos hacer un descubrimiento sorprendente: una gigantesca estructura de chorros de plasma emanando de un agujero negro, bautizada como Porfirión. Esta colosal estructura mide aproximadamente 23 millones de años luz, lo que equivale a la longitud de unas 140 galaxias como la Vía Láctea.

Este hallazgo, descrito en la revista Astronomy and Astrophysics, señala que Porfirión es el sistema de chorros más grande jamás detectado, y se originó en un momento en que el universo tenía 6.300 millones de años, menos de la mitad de su edad actual de 13.800 millones de años.

Los chorros expulsados por este agujero negro supermasivo poseen una energía equivalente a miles de millones de soles y se extienden más allá de su galaxia de origen, emitiendo plasma caliente. El investigador Martijn Oei, del Instituto Tecnológico de California (Caltech), comentó que la estructura hace que la Vía Láctea “parezca diminuta”.

Porfirión alberga más de 8.000 pares de chorros, superando al anterior récord de Alcioneo, otra gigantesca estructura descubierta en 2022 por el mismo equipo. Para poner en perspectiva estas dimensiones, basta decir que los chorros del sistema más cercano, Centaurus A, tienen una longitud que sería 10 veces la de nuestra galaxia.

El origen de Porfirión

Para rastrear el origen de esta megaestructura, los científicos recurrieron a diversos telescopios, incluidos el Radiotelescopio Gigante de Ondas Metálicas en India, el Instrumento Espectroscópico de Energía Oscura en Arizona y el Observatorio Keck en Hawái. Con la ayuda de inteligencia artificial, identificaron la galaxia madre, 10 veces más masiva que la Vía Láctea y situada a 7.500 millones de años luz de la Tierra, indica EFE.

Los investigadores creen que Porfirión se formó en un agujero negro activo, en un modo de emisión radiativa, donde la intensa gravedad atrajo el material circundante, generando inmensos chorros de energía.

Oei y su equipo piensan que este tipo de descubrimientos podría ser solo el comienzo. “Es posible que solo estemos observando la punta del iceberg, ya que nuestro estudio solo cubre el 15% del cielo”, señaló Oei.

Un hallazgo inesperado

Inicialmente, los científicos de Caltech no buscaban este tipo de estructuras cuando comenzaron a usar las observaciones del telescopio LOFAR en 2018. Su objetivo era estudiar la red cósmica de filamentos que conecta las galaxias, pero se encontraron inesperadamente con varios sistemas de chorros gigantescos. “Quedamos atónitos cuando vimos la magnitud de estos chorros, no sabíamos que existieran en tal cantidad”, explicó Oei.

Este descubrimiento sugiere que estas megaestructuras podrían haber influido en la formación de galaxias en el universo temprano más de lo que se pensaba, dispersando enormes cantidades de energía y afectando el crecimiento de las galaxias anfitrionas y sus vecinas.

Nuevas incógnitas

El próximo desafío de los investigadores es entender mejor cómo estos colosales sistemas de chorros interactúan con su entorno, distribuyendo rayos cósmicos, calor, átomos pesados y campos magnéticos a lo largo de distancias asombrosas. Oei tiene un interés especial en explorar cómo los chorros contribuyen a la propagación del magnetismo. “El magnetismo es crucial para la vida en la Tierra, así que queremos entender cómo se generó en el universo”, afirmó.

Los científicos también están intrigados por el misterio de cómo estos chorros pueden alcanzar tales dimensiones sin desestabilizarse, una pregunta que esperan responder en futuras investigaciones.

En datos

  • Descubrimiento de Porfirión: El radiotelescopio LOFAR detecta una megaestructura de chorros que mide 23 millones de años luz, proveniente de un agujero negro supermasivo y extendiéndose más allá de su galaxia de origen.
  • Comparación con la Vía Láctea: Porfirión es una estructura gigantesca, que hace que la Vía Láctea “parezca diminuta”, con más de 8.000 pares de chorros, superando en tamaño al sistema de Alcioneo descubierto previamente.
  • Origen del sistema: Los científicos rastrearon el origen de Porfirión en una galaxia 10 veces más masiva que la Vía Láctea, situada a 7.500 millones de años luz de la Tierra, vinculada a un agujero negro activo en modo radiativo.
  • Implicaciones cósmicas: Los investigadores creen que estos chorros colosales habrían jugado un papel clave en la formación de galaxias en el universo temprano, afectando el entorno galáctico con su enorme energía y expansión magnética.

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