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Inteligencia artificial y cambio climático: ¿Puede la IA ayudar a predecir los fenómenos meteorológicos extremos?

Inteligencia artificial y cambio climático: ¿Puede la IA ayudar a predecir los fenómenos meteorológicos extremos?

Todo el mundo lo ha vivido alguna vez: por la mañana miras por la ventana y ves un sol fantástico. Pero la previsión meteorológica anuncia tormentas por la tarde. Los escépticos suelen preguntarse: ¿son realmente exactas estas previsiones? Al fin y al cabo, en muchos casos se utiliza la tecnología más avanzada, como la IA.

Por ejemplo, también entra en juego la inteligencia artificial, que utilizan los proveedores de apuestas deportivas, por ejemplo, para calcular con precisión las cuotas de las apuestas. Pero cuando se trata de previsiones meteorológicas, la respuesta honesta es: las posibilidades son limitadas. Sólo es fiable para los próximos uno o tres días. Pero cuanto más se mira hacia el futuro lejano, más incierto se vuelve.

El cambio climático no hace sino acentuar esta cuestión. La tecnología moderna es nuestra mejor amiga y ayudante. ¿Cuántas veces esta loca tecnología nos ha salvado el fin de semana? Pero, por supuesto, no se trata sólo de salvar nuestros planes de fin de semana.

La atención se centra también en la protección contra tormentas y situaciones meteorológicas extremas: ¿puede la tecnología innovadora predecir realmente situaciones meteorológicas extremas y salvar así vidas o, al menos, hacer más fácil nuestro día a día?

Cambio climático y dinámica meteorológica: un cambio que nos desafía

El cambio climático nos plantea nuevos retos. Las temperaturas suben y las tormentas y huracanes son cada vez más frecuentes y graves. Los fenómenos meteorológicos extremos ya no son una excepción, sino que van en aumento. El consenso científico es claro: el ser humano desempeña un papel fundamental en esta evolución. Por ello, la previsión meteorológica precisa es cada vez más importante.

Afortunadamente, muchas mentes y proyectos colaboran en todo el mundo. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) promueve el intercambio internacional de conocimientos y datos, lo que permite mejorar las previsiones meteorológicas mundiales. El Centro Europeo de Predicción Meteorológica a Medio Plazo (ECMWF) es otro ejemplo de proyecto internacional que analiza y pronostica el tiempo a escala mundial.

Alta tecnología en el cielo: satélites y estaciones meteorológicas

Pero, ¿cómo funciona exactamente? Casi nadie se da cuenta de que el sistema de vigilancia de los expertos consiste en una enorme armada de satélites y estaciones meteorológicas. Veamos ejemplos concretos: La NASA y la ESA ponen regularmente en órbita satélites que vigilan la atmósfera. Estos observadores de alta tecnología miden los niveles de ozono, analizan las formaciones de nubes y registran la temperatura de los océanos.

Estos ayudantes voladores recogen incansablemente datos y los envían a la Tierra en cargas de megabytes. Ya sea en una lejana isla del Pacífico o en medio de un denso bosque, en todas partes hay estaciones meteorológicas que registran los cambios más pequeños. La información que recogen llena gigantescas bases de datos que sientan las bases de las previsiones meteorológicas.

Pero el progreso nunca duerme. La inteligencia artificial está llevando la previsión meteorológica a un nuevo nivel. El aprendizaje automático convierte a los ordenadores en meteorólogos que mejoran continuamente los datos anteriores. ¿Y si entraran en juego los ordenadores cuánticos? Sí, suena a ciencia ficción. Pero pronto podría convertirse en realidad y hacer aún más precisas las previsiones meteorológicas.

México y los huracanes: pionero en previsión

Un país que se beneficia especialmente de esta tecnología es México. Azotado regularmente por huracanes, el país confía en las técnicas avanzadas de previsión. La autoridad meteorológica mexicana, Conagua, utiliza una combinación de datos de satélite y estaciones terrestres para vigilar la evolución de las tormentas en el Pacífico y el Caribe. Este sistema amplía considerablemente el tiempo de alerta, salvando miles de vidas.

La revolución de la alerta de huracanes: un ejemplo actual

Imagine poder predecir el poder destructivo de los huracanes y actuar en consecuencia. Suena casi a magia, ¿verdad? La tecnología moderna, especialmente la inteligencia artificial (IA), lo hace posible. Los investigadores están utilizando esta tecnología para darnos un tiempo valioso para las evacuaciones y las medidas de protección.

Un científico que vivió en el sur de Florida de niño y fue testigo del devastador huracán Andrew utiliza ahora la IA en la Universidad de Miami para avanzar en la investigación sobre huracanes. En lugar de una herramienta de juguete, utilizó datos meteorológicos históricos -velocidad del viento, temperatura, humedad- recogidos de boyas, satélites y aviones cazahuracanes. Con estos datos, la IA identifica patrones en los huracanes que se intensifican rápidamente.

Pero esto es sólo el principio. En un proyecto financiado por la NOAA, su equipo trabaja en la mejora de la calidad de las mediciones de radar de los aviones de huracanes. En este caso, la IA clasifica el ruido de los datos a la velocidad del rayo y garantiza que sólo se utilice la información pertinente. Los primeros resultados son prometedores: lo que tardaría días, la IA lo hace en minutos.

Otro proyecto innovador consiste en entrenar a ordenadores para que escaneen datos de satélite y creen un mapa tridimensional de un huracán activo. Esto permitiría una vigilancia constante, incluso en zonas remotas, sin necesidad de que los aviones se adentren en la tormenta.

Consumo energético y cambio climático: un arma de doble filo

Aunque la tecnología ofrece muchas ventajas en términos de previsión meteorológica y protección contra las tormentas, también contribuye al cambio climático. La energía necesaria para el funcionamiento de la tecnología supone un importante consumo de nuestros recursos.

Los ordenadores y los servidores que los alimentan consumen enormes cantidades de electricidad. Este consumo de energía provoca importantes emisiones de CO₂ y es, por tanto, un factor de estrés adicional para nuestro medio ambiente. La solución sería que el uso de la IA condujera a un aumento significativo de la eficiencia en otras áreas, de lo contrario este sigue siendo un problema grave.

Por ejemplo, la IA podría ayudar a optimizar el uso de los recursos en la producción de energía mediante una integración más eficiente de las energías renovables o una mejor gestión del consumo energético a través de redes inteligentes. No obstante, es importante que el desarrollo y la implantación de los sistemas de IA se diseñen para que sean sostenibles.

Conclusión: la tecnología como salvadora en tiempos de necesidad

No cabe duda de que la tecnología puede ayudar a predecir condiciones meteorológicas extremas. No es una panacea, pero es un arma poderosa contra los caprichos de la naturaleza. El progreso imparable seguirá apoyándonos en este empeño y, hasta entonces, sólo nos queda esperar que la previsión meteorológica para mañana se haya medido con fiabilidad.

¿Qué aprendemos de todo esto? La tecnología no es sólo un juguete científico. Desempeña un papel crucial en nuestra vida cotidiana y nos ayuda a comprender y dominar mejor los elementos naturales.

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