Estudio: Jugar videojuegos puede mejorar y cambiar tu cerebro
Los videojuegos han evolucionado de ser vistos como simples herramientas de entretenimiento a convertirse en aliados en el ámbito terapéutico.
En los últimos años, los videojuegos han evolucionado de ser vistos como simples herramientas de entretenimiento a convertirse en aliados en el ámbito terapéutico. Estas plataformas interactivas han demostrado beneficios significativos para personas que enfrentan desafíos como la depresión, la ansiedad y otros trastornos, convirtiéndose en algo más que una forma de pasar el tiempo. De hecho, investigaciones recientes han señalado que los videojuegos pueden provocar cambios positivos en el cerebro, beneficiando incluso a quienes tienen trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
El TDAH, caracterizado por la dificultad para mantener la atención en tareas específicas, encuentra en los videojuegos un recurso inesperado pero efectivo. Su naturaleza interactiva exige un nivel constante de enfoque, funcionando como ejercicios cognitivos que fortalecen la concentración. Por ejemplo, un estudio del Reino Unido llevado a cabo por un centro especializado en TDAH sugiere que estos juegos no solo mejoran la atención, sino también habilidades psicomotoras clave.
Otro aspecto relevante es el efecto de los videojuegos en las conexiones neuronales. Las acciones repetitivas que demandan algunos títulos refuerzan las redes cerebrales asociadas con la memoria de trabajo y la atención selectiva. Investigaciones desde principios de los 2000 han evidenciado que ciertas áreas del cerebro, como las vinculadas al control de impulsos, presentan mejoras tras el uso regular de videojuegos en entornos tridimensionales, lo que también potencia la percepción espacial y la capacidad de relacionar objetos en un entorno virtual.
No obstante, es esencial subrayar que no todos los videojuegos son adecuados para quienes tienen TDAH. Los expertos recomiendan títulos específicamente diseñados para fines terapéuticos o educativos, ya que los juegos excesivamente estimulantes podrían provocar efectos adversos, como adicción, aislamiento social o alteraciones en el ciclo del sueño. Además, el uso prolongado de pantallas puede generar fatiga visual, algo que también debe ser considerado.
A pesar de estas precauciones, cada vez más estudios respaldan el potencial de los videojuegos como herramienta terapéutica. Wagner Marcelo Sanchez, director académico de FIAP en Brasil, destacó cómo ciertos juegos ayudan a enseñar habilidades básicas, como las tablas de multiplicar, a niños con TDAH, proporcionando beneficios tanto cognitivos como educativos.
El impacto positivo de los videojuegos no se limita al TDAH. En adultos mayores de entre 55 y 75 años, títulos como Super Mario 64 han demostrado ser útiles para mejorar la memoria y aumentar la materia gris en el cerebro, según investigaciones de la Universidad de Montreal. Por otro lado, juegos clásicos como Tetris han sido reconocidos por National Geographic como beneficiosos para la salud mental, destacando el amplio alcance de estos efectos en diferentes grupos etarios, indica Xataka.
En definitiva, los videojuegos, bien utilizados, tienen el potencial de transformar la salud mental y cognitiva, demostrando que su impacto va mucho más allá del entretenimiento tradicional.
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