El calor acelera el envejecimiento en ancianos

Un estudio de la Universidad del Sur de California (USC) ha revelado que vivir en zonas con frecuentes olas de calor puede acelerar el envejecimiento biológico de las personas en comparación con quienes residen en regiones más frescas. La investigación, publicada en Science Advances, plantea nuevos desafíos sobre el impacto del cambio climático en la salud a largo plazo.

Un vínculo entre el calor y el envejecimiento celular

El estudio, liderado por científicas de la Facultad de Gerontología Leonard Davis de la USC, analizó datos de más de 3.600 adultos estadounidenses mayores de 56 años. Los investigadores compararon la edad biológica de los participantes—una medida del desgaste celular y sistémico—con la edad cronológica, basada en su fecha de nacimiento.

Si bien los efectos adversos del calor extremo en la salud han sido ampliamente documentados, su relación con el envejecimiento molecular aún no se había explorado en profundidad. Los hallazgos indican que la exposición frecuente a temperaturas elevadas podría alterar los mecanismos epigenéticos, acelerando el deterioro celular.

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Impacto en el ADN y los relojes epigenéticos

Para evaluar estos efectos, las autoras Jennifer Ailshire y Eunyoung Choi analizaron muestras de sangre tomadas a lo largo de seis años, identificando cambios en la metilación del ADN, un proceso que regula la activación o desactivación de los genes. Utilizando modelos matemáticos conocidos como relojes epigenéticos, lograron estimar la edad biológica de los participantes y compararla con los registros de temperatura de sus lugares de residencia.

El estudio empleó datos del Servicio Meteorológico Nacional de EE.UU., que clasifica los días calurosos en tres niveles:

• Precaución: entre 26 °C y 32 °C
• Extrema precaución: entre 32 °C y 39,4 °C
• Peligro: entre 39,4 °C y 51 °C

Los resultados revelaron que quienes vivían en regiones con más de seis meses de calor intenso al año—como Phoenix, Arizona—experimentaron un envejecimiento biológico acelerado de hasta 14 meses adicionales en comparación con aquellos expuestos a menos de 10 días calurosos al año, indica EFE.

Mitigación del impacto del calor en la salud

Los autores sugieren que los efectos negativos del calor podrían minimizarse con estrategias de adaptación urbana, como la expansión de áreas verdes, la construcción de infraestructura con sombra y la mejora del diseño arquitectónico para reducir la exposición térmica.

“Es fundamental incorporar medidas de mitigación del calor en la planificación urbana para proteger la salud de la población”, destacó Ailshire. “Desde aumentar la cobertura arbórea hasta diseñar espacios públicos más resilientes, debemos ser más estratégicos en la creación de ciudades adaptadas al cambio climático”.