¿Por qué solo algunas personas pueden ‘hacer taquito’ la lengua? La ciencia lo explica

La lengua es un órgano increíblemente ágil, compuesto por un complejo sistema de músculos que trabajan en armonía para permitirnos hablar, masticar y realizar movimientos sorprendentes, como curvarla, estirarla o doblarla. Uno de los trucos más llamativos es el famoso “taquito” o la forma de “U”, algo que no todas las personas pueden hacer. Se estima que entre el 65% y el 81% de la población tiene esta habilidad, aunque su origen sigue siendo un tema de debate.

¿Es la genética el único factor?

Por mucho tiempo, se creyó que la capacidad de doblar la lengua era un rasgo hereditario dominante. Sin embargo, estudios han demostrado que la realidad es más compleja. Por ejemplo, se han observado casos de gemelos idénticos en los que solo uno de ellos puede hacer el movimiento, lo que sugiere que la genética no es la única responsable. De ser un rasgo puramente hereditario, ambos gemelos deberían compartir la misma habilidad.

Algunos especialistas señalan que la flexibilidad de la lengua depende no solo de la genética, sino también del entrenamiento y la estructura anatómica de la boca. Además, la práctica podría desempeñar un papel importante, aunque no siempre garantiza el éxito.

Tecnología | Noticias de México | EL IMPARCIAL

Rover chino detecta indicios de playas en un antiguo océano marciano

¿Se puede aprender a doblar la lengua?

Un experimento realizado en la Universidad de Delaware en los años 60 intentó responder esta pregunta. En él, participaron diez personas que originalmente no podían enrollar la lengua. Durante un mes, practicaron de manera constante, pero solo uno de ellos logró adquirir la habilidad. Esto sugiere que, aunque en algunos casos puede desarrollarse con entrenamiento, no es algo que todos puedan aprender con facilidad.

Además, existen otros movimientos más raros, como la forma de “trébol”, que solo un pequeño porcentaje de la población puede realizar. Se cree que esto está relacionado con la flexibilidad de los músculos de la lengua y la estructura del paladar, así como con ciertos factores externos en la infancia que podrían influir en la movilidad de este órgano.

¿Existe una conexión entre la lengua y la personalidad?

Más allá de la biología, algunos investigadores han explorado la relación entre la flexibilidad de la lengua y ciertos rasgos psicológicos. Un artículo publicado por Gizmodo plantea que la capacidad de hacer figuras complejas con la lengua podría estar vinculada a la creatividad, la extroversión y la facilidad para resolver problemas. Se ha observado que quienes pueden formar un “trébol” suelen ser más sociables, mientras que quienes logran la forma de “U” tienden a ser más introspectivos y analíticos.

Aunque estas hipótesis aún requieren más investigación, podrían abrir nuevas líneas de estudio sobre la relación entre la plasticidad cerebral y el desarrollo cognitivo, indica Xataka. Comprender mejor estas conexiones podría ayudarnos a descubrir más sobre cómo ciertas habilidades físicas están vinculadas a nuestras capacidades mentales.

En definitiva, lo que parece un simple truco con la lengua esconde un mundo fascinante de ciencia, genética y comportamiento humano.