Enfermedades erradicadas como sarampión y rubeola podrían volver a EEUU
En Estados Unidos, la disminución sostenida en las tasas de vacunación infantil ha comenzado a socavar la inmunidad colectiva que durante décadas protegió a la población de enfermedades infecciosas graves.
En Estados Unidos, la disminución sostenida en las tasas de vacunación infantil ha comenzado a socavar la inmunidad colectiva que durante décadas protegió a la población de enfermedades infecciosas graves. De mantenerse esta tendencia, infecciones que se daban por erradicadas —como el sarampión, la poliomielitis o la rubeola— podrían volver a propagarse con fuerza.
Un equipo de científicos de varias instituciones, entre ellas la Universidad de Stanford, Baylor College of Medicine y Texas A&M, publicó recientemente un estudio en el Journal of the American Medical Association que alerta sobre este escenario. Utilizando simulaciones epidemiológicas a gran escala, los investigadores evaluaron cómo distintos niveles de vacunación podrían modificar el curso de estas enfermedades en las próximas décadas.
El análisis toma como ejemplo un brote reciente en el oeste de Texas, donde más de 600 personas contrajeron sarampión, 64 fueron hospitalizadas y dos niños fallecieron. Este episodio, según los autores, podría ser solo el preludio de un problema sanitario mucho más grave.
El modelo predice que, incluso si las tasas de vacunación se mantuvieran como hasta ahora, el sarampión podría establecerse nuevamente como una enfermedad endémica en Estados Unidos en los próximos 20 años. Sin embargo, un modesto incremento del 5% en la cobertura vacunal sería suficiente para revertir esta tendencia y mantener el sarampión bajo control.
Mathew Kiang y Nathan Lo, coautores del estudio, destacan que parte del problema se originó durante la pandemia de COVID-19, cuando aumentó el escepticismo hacia las vacunas en general. Desde entonces, la desinformación y la desconfianza han calado hondo en ciertos sectores de la población.
El estudio advierte que un descenso adicional del 10% en la cobertura de vacunación podría provocar hasta 11 millones de casos de sarampión en solo 25 años. Si la vacunación se redujera a la mitad, los efectos serían catastróficos: más de 50 millones de infecciones de sarampión, casi 10 millones de rubeola, más de 4 millones de polio y cientos de casos de difteria. A esto se sumarían hospitalizaciones masivas, decenas de miles de muertes y graves secuelas neurológicas en menores.
El sarampión preocupa especialmente a los expertos por su altísima capacidad de contagio y su prevalencia global, lo que lo convierte en un “importador frecuente” a través de viajeros. Además, la vacuna que lo previene —combinada con las de paperas y rubeola— ha sido blanco de ataques infundados, lo que ha afectado su aceptación pública.
Las consecuencias varían según la región. Mientras que estados como Massachusetts, con altas tasas de inmunización, enfrentan riesgos mínimos, lugares como Texas y California —donde el rechazo vacunal ha crecido— son especialmente vulnerables.
Grupos como los bebés pequeños, las personas inmunocomprometidas y quienes no están vacunados forman parte del segmento más expuesto, indica EFE.
Ante este panorama, los autores hacen un llamado a reforzar la confianza en la ciencia y las vacunas. Recuperar la cobertura perdida es esencial para evitar una crisis sanitaria provocada por enfermedades que ya habíamos dejado atrás.