Educación
Ha terminado la huelga que paralizó al Ayuntamiento de Tecate por más de sesenta días. Durante este período de decadencia, la alcaldesa Nereida Fuentes fue incapaz de establecer un puente de comunicación efectiva y, por otro lado, mostró que su estrategia fallida de vencer por cansancio a los burócratas no fue efectiva. La decisión de los sindicalizados de continuar a pesar del enorme sacrificio resultó en beneficios y mejores condiciones de trabajo para ellos. Mientras que las repercusiones que recibirá nuestra ciudad comenzarán a reflejarse en el corto y mediano plazo. Tan solo por tomarlo como ejemplo, el impacto ecológico será vasto y tardará en poderse eliminar, pues se definieron espacios como tiraderos de manera arbitraria. La actitud oportunista de la alcaldesa y su equipo, buscando áreas dentro del perímetro de la ciudad para servir como basureros, no previó que la huelga se prolongaría por dos meses. Tampoco previeron que la acumulación de deshechos produce gases y líquidos nocivos que se fueron a la atmósfera y al subsuelo y dañarán nuestro ecosistema. La cantidad de basura que se acumula en una semana en un hogar es muy alta. Esto lo saben de sobra los funcionarios del ayuntamiento. Por consiguiente, la irresponsabilidad con la cual actuaron merece ser investigada para que se finquen responsabilidades y se proceda en consecuencia, ya que cada una de las dependencias y departamentos municipales implicó una situación diferente con afectaciones específicas. La huelga fue el resultado de la mala administración de los recursos financieros municipales. La alcaldesa no se ajustó al presupuesto, gastó de manera irresponsable, desvió recursos etiquetados para utilizarlos en áreas que le redituaban beneficios electoreros. Estuvo utilizando las aportaciones de los sindicalizados por defunciones o por pagos para derechos de jubilación y no fueron reportados a donde se debía, ni fueron dados por recibidos. La deuda del Issstecali siguió creciendo y los recursos financieros destinados servicios médicos, para los jubilados y por jubilarse, se no se cubrieron. Por lo tanto, no había otra opción que tomar cartas en el asunto, pintar una raya y luchar por los derechos sindicales. La alcaldesa debe dar una explicación amplia y expedita a la ciudadanía definiendo claramente, porque no nos mantuvo informados y sí los hizo con un pequeño grupo de sus seguidores. Debe también explicarle a los tecatenses en qué ocuparon sus tiempos de trabajo los funcionarios de primero, segundo y tercer nivel, ya que recibieron sus catorcenas y sus compensaciones de manera regular. Esto es importante porque, de otra manera, habrían estado embolsándose sus pagos por no hacer nada, o sea defraudado a la ciudad. ¿Quién gana con esta huelga? Todavía no se puede hacer un recuento de los logros, pero sin duda quien pierde somos nosotros, los que pagamos nuestros impuestos en tiempo y forma. Nereida, que ya se amoldó a la vida chabacana del funcionario corrupto, ni suda ni se acongoja. Sigue administrando su criadero de cochis en su rancho que quién sabe cómo lo obtuvo. Las cuentas no le dan y espero que se le investigue y se deslinden los alcances de sus actividades. Sería la tercera que se ha enriquecido inexplicablemente si fuera el caso. Ya está formadita en la fila de los expresidentes corruptos. Vale. * El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.
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