Tijuana, ayer y hoy
Termina la Semana Santa y casi todo vuelve a la normalidad; digo casi todo, porque las escuelas de educación básica hasta preparatoria, seguirán de vacaciones una semana más. Descanso para profesores y para las calles que no tendrán tanto tráfico de automóviles y camiones. Sin embargo, tendremos algo especial que habrá de durar por lo menos un mes más, las campañas políticas que se desarrollarán con toda intensidad. Gubernatura, diputaciones, alcaldías y regidurías, con todas sus suplencias y activistas, buscando el voto. Ya sabemos que todos durarán dos años porque así se determinó en la Legislatura Estatal, con el fin de empatar en 2021, con las elecciones de diputados federales. En aquel entonces, nadie protestó ni pensó en los inconvenientes de un ejercicio estatal y municipal de dos años, ni yo tampoco, lo confieso. Nadie pensó en los inconvenientes de volver al proceso electoral en tan poco tiempo y que el gobierno no tendría tiempo para resolver los muchos problemas que le aquejan actualmente. Entonces se pensó en que el actual Congreso modificara el acuerdo, pues estaban en tiempo y forma para hacerlo; pero hoy las circunstancias políticas y la correlación de fuerzas, son otras. El partido en el poder en el Estado se dio cuenta que si se modificaba la ley a cinco años estaría con pocas posibilidades de continuar durante cinco años lejos del gobierno, por lo tanto sus diputados mayoritearon en contra de cualquier modificación. Y bueno veremos qué pasa en los próximos dos años. Adiós a Rafael Munguía Nos enteramos por el buen amigo Juan Martínez Villanueva: Rafael Munguía Moreno, periodista, maestro de la palabra, músico, servidor público y gentil amigo, falleció el 14 de abril dejando un gran hueco en la Organización Nacional de Periodistas “Ricardo Flores Magón”, A. C., la cual fundó como presidente, puesto que ocupó hasta el día de su partida. Esta organización formada con periodistas independientes, tiene 14 delegaciones en distintas ciudades del país, incluyendo la Ciudad de México. Gracias a sus gestiones, se construyó un monumento a la “Libertad de Expresión” en el Paseo Padre Kino y donde está la sede de la organización cuyo taller de periodismo, lleva el nombre de mi señor padre don “Mario Ortiz Villacorta Martínez”. Debo agradecer eternamente a don Rafael Munguía y miembros de su organización, que en 1989, cuando se realizaban las celebraciones por el Centenario de Tijuana, acompañaron a mi padre, mi madre y hermana Rosaura, a la entrega de la Premio Nacional de periodismo “Medalla López Mateos” a mi padre. A la que no pude asistir. Conocí a Rafael como servidor público en el XII Ayuntamiento cuando me acompañó como subdirector de Acción Cívica y luego fue subdirector también, en Relaciones Públicas. De ahí en adelante conservamos una sencilla amistad que se caracterizó por la cordialidad del buen caballero que fue siempre. * El autor es catedrático de la Universidad de Tijuana, Cronista de la ciudad.
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